Las piscinas termales con aguas medicinales son el mejor remedio para huir del estrés de las grandes ciudades. Especialmente en el caso de los jubilados y pensionistas, que encuentran en estos espacios abiertos un lugar en el que mejorar de sus dolencias articulares, respiratorias o dermatológicas. Es el caso de ‘La fuente de los necesitados’, en La Rioja Baja, a 61 kilómetros (menos de una hora en coche) de la capital, Logroño.
Estas aguas están en la localidad de Arnedillo, al lado del río Cidacos, conocido por sus aguas heladas. Ya eran usadas por los romanos que encontraban ahí un espacio de bienestar después de sus duras batallas. Son tres piscinas al aire libre, y al estar en medio de la naturaleza, el acceso es gratuito. Tienen una capacidad para 50 personas y el entorno es ideal para llegar caminando, además, es accesible.
El gran tesoro que esconden estas aguas viene del centro de la tierra. Y es que, conforme se van regenerando va aumentando su temperatura, como informan desde Turismo de La Rioja. La temperatura sube 3 grados por cada 100 metros.
Aún así, el agua de estas pozas se encuentra a unos 30 ó 40 grados por lo que los visitantes podrán disfrutar de una temperatura cálida aunque fuera ya haga frío. Porque, hay que recordar, no cierran.
Cómo son las termas de Arnedillo
En el momento en que las aguas, ricas en minerales, bajan hasta los 3.500 metros, su temperatura sube alcanzando 120 grados, cuando tocan la roca caliza. Aunque conservan la misma forma que tenían en los años romanos, fueron mejoradas en la Edad Media e incluso en pleno siglo XIX. Precisamente en esa época es cuando se hicieron más famosas.
Luego, se creó un balneario que se abrió en 1847 en el que se puede optar a tratamientos especiales. Pero ¿qué tienen las aguas de Arnedillo que las hace tan especiales? Sin duda, el que la temperatura al emerger sea de 52,5 grados y que su composición esté basada en minerales imprescindibles como el hierro, silicio, iones de magnesio o rubidio.
Las cualidades de estas agua ayudan a mejorar el reúma (muy típico entre los mayores) así como los problemas de artritis y artrosis. Debido a que son aguas vivas, que no están paradas ni estancadas ayudan a la circulación y a mejorar el sistema linfático.
Al igual que en otras piscinas termales, existe la opción de disfrutar de contrastes de temperatura, de frío a caliente, pero siempre con cuidado.
Un plan perfecto para jubilados y pensionistas
Aunque los jubilados y pensionistas ya cuentan con el Programa de Termalismo del Imserso (Instituto de Mayores y Servicios Sociales), viajar hasta Arnedillo para disfrutar de este espacio único es una gran opción. Aunque se trata de una localidad pequeña de 436 habitantes, tiene una ubicación privilegiada entre las sierras de Peñamolte y Hez.
Los que estén en mejor forma así como las familias, podrán disfrutar de rutas de senderismo, como la Vía Verde y de escalada. Por otro lado, se puede visitar el pueblo, con parada obligada en las ermitas de San Andrés y San Blas, o pasear entre sus famosas huellas de dinosaurio.
Y para los amantes de la fotografía, una parada ideal es el Centro de Interpretación y Observación del Buitre Leonado en ‘El mirador del buitre’.
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