
Los científicos han hecho un hallazgo sorprendente en el fondo del mar, un "camino de ladrillos amarillos" en el fondo del océano Pacífico, cerca de las islas hawaianas, que parece sacado de un cuento de fantasía. El descubrimiento, a más de 3.000 metros de profundidad, ha dejado asombrados a los investigadores, quienes lo describen como una ventana al pasado geológico de la Tierra.
Este descubrimiento, según han publicado en el medio especializado ‘Science Alert’ tuvo lugar en 2022 durante una expedición en la dorsal marina Liliʻuokalani, dentro del Monumento Nacional Marino Papahānaumokuākea, uno de los espacios de conservación marina más grandes del planeta. Fue realizado por el equipo del barco Nautilus, que trabajaba explorando las profundidades del Papahānaumokuākea.
Uno de los aspectos más destacados de este proyecto es que los avances pueden ser seguidos en tiempo real por cualquier persona interesada. El equipo del Ocean Exploration Trust, responsable de la expedición, ha hecho un esfuerzo por abrir al público las maravillas del fondo marino, mostrando descubrimientos como este en transmisiones en vivo y videos accesibles.
La explicación de los científicos a un camino de adoquines en medio del mar
Aunque esta reserva marina es más extensa que todos los parques nacionales de Estados Unidos juntos, solo se ha explorado alrededor del 3 % de su fondo marino. La expedición, transmitida en vivo, permitió a los espectadores de todo el mundo presenciar el momento exacto en el que los investigadores descubrieron un paisaje que parecía seco, pese a estar a más de mil metros bajo el agua.
El equipo de la investigación muestra, en un video publicado en 2022, como una parte del lecho marino tiene un aspecto que recuerda a una "corteza horneada", según sus palabras.
En las imágenes se puede apreciar claramente como la roca volcánica fracturada presenta formas que parecen adoquines o ladrillos perfectamente alineados. "Es el camino a la Atlántida", comentó emocionado uno de los científicos durante la transmisión. Otros lo compararon con el mítico "camino de baldosas amarillas".
Aunque la escena puede parecer mágica, la ciencia tiene una explicación. Según los expertos, las fracturas geométricas de la roca son el resultado de tensiones por calentamiento y enfriamiento durante múltiples erupciones volcánicas. Las altas temperaturas y su posterior descenso han creado patrones únicos, con ángulos de 90 grados que dan la apariencia de un camino pavimentado. Este tipo de formación, aunque poco común, ofrece información clave sobre los procesos geológicos que han moldeado el lecho marino.
Para los científicos, este “camino” submarino es una guía para ayudar a entender mejor la geología de la Tierra, especialmente en áreas inexploradas como el Papahānaumokuākea.
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