
España no es el único país de Europa en el que el ir al médico de cabecera es gratuito para la población, Italia es otro de los Estados miembros en los que este servicio es gratis. Aunque es posible que no lo sea por mucho tiempo, ya que el Gobierno italiano estudia implantar un sistema de copago incluso para las consultas básicas.
La medida, según el medio local “Farm News’, aún se encuentra en fase de debate y surge como respuesta a los recortes presupuestarios, la falta de personal sanitario y la presión creciente sobre el sistema nacional de salud
Aunque durante décadas el médico de familia ha ofrecido seguimiento continuo a los pacientes sin ningún tipo de coste, las tensiones financieras por las que pasa el país, sumadas al deficiente funcionamiento del sistema han dado lugar a una propuesta que contempla el pago por servicios hasta ahora gratuitos, incluyendo simples consultas por gripe o la expedición de recetas médicas.
Una reforma que afectaría de forma desigual a la población
De aprobarse esta medida, no toda la población italiana sufriría las consecuencias del copago de la misma forma. Los pensionistas, enfermos crónicos y personas con bajos ingresos serían quienes más sufrirían las consecuencias de este cambio.
Desde organizaciones médicas y colectivos sociales advierten que esta medida supone una barrera para acceder a la atención sanitaria, acarreando consecuencias en la salud de la población. Además, aseguran que reducir el acceso a la atención primaria podría saturar las urgencias y, a largo plazo, incrementar el gasto sanitario global por la falta de prevención y diagnóstico temprano.
Otro debate que se ha generado de forma paralela en el país es el de la deducción fiscal de los gastos médicos, y es que en un caso reciente la Agencia Tributaria italiana rechazó la deducción de los honorarios abonados a un médico forense porque la factura estaba a nombre del Juzgado, aunque fue el ciudadano quien pagó. La administración alega que solo se tiene derecho a deducir cuando las facturas están a nombre del contribuyente.
Este hecho ha hecho saltar las alamas, en tanto que se entiende que podría extrapolarse a otros gastos sanitarios, que podría suponer dificultades a la hora de deducirse los gastos médicos.
Los expertos advierten que si estas medidas que se están barajando se implementan sin condiciones, podrían quebrar el principio de universalidad que rige la sanidad pública en Italia. Lo que supondría, además de un impacto económico, una fractura social entre las personas que pueden permitirse pagar por la atención médica, los que quedarían excluidos de poder disfrutar de servicios sanitarios.
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