Adiós a uno de los restaurante más emblemáticos de Barcelona: cierra después de casi 30 años

El famoso restaurante Citrus, ubicado en el Passeig de Gràcia, en pleno centro de Barcelona, cierra sus puertas definitivamente. El histórico restaurante, que lleva casi 30 años dando servicio en la gran avenida de la capital catalana, echa la persiana dejando un enorme hueco en la hostelería barcelonesa. Otra gran empresa de Barcelona que cierra sus puertas, después del cierre de otros negocios históricos como el FNAC o la Papelería Conesa.

El pasado 23 de febrero abrió por última vez y, aunque había dudas entre los catalanes sobre si se trataba de un cierre temporal por reformas o algo definitivo, finalmente lanzaron un comunicado a través de su cuenta de Instagram para aclararlo.

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Así detalla el post: "Durante casi 30 años ha sido un placer compartir tantas comidas y tantas sobremesas con todos vosotros. Gracias por la confianza depositada en nuestro equipo. Seguiremos estando a vuestra disposición en el resto de restaurantes del grupo".

Más que un restaurante, un lugar icónico

El Citrus había sido un restaurante icónico por su historia, pero también por su ubicación. En pleno centro de Barcelona, el restaurante tenía una localización envidiable, en la intersección entre el  Passeig de Gràcia y el recién reformado Consell de Cent, con vista al gran paseo turístico de Barcelona y a la Casa Batlló de Gaudí.

Su fuerte era la cocina mediterránea, aunque en los últimos años había apostado por una nueva línea gastronómica, incorporando el sushi a su carta. El ambiente del restaurante era muy cercano, alegre y vivo, consiguiendo que siempre fuera un lugar acogedor tanto para sus clientes más fieles como para aquellos que lo visitaban por primera vez. 

Cierra por un cambio de ciclo

La gerencia del restaurante ha aclarado que el cierre no se debe de ninguna manera al alto precio del alquiler del que otros muchos locales se han quejado, sino que simplemente es por un cambio de ciclo, que ven necesario tras 30 años ofreciendo el mismo servicio. Parece, incluso, que el local ya tiene un nuevo inquilino según una inmobiliaria de la zona encargada de gestionar el lugar.

El cambio de ciclo no es solo para este lugar, sino que viene siguiendo la dinámica de la ciudad, donde se han ido eliminando carriles de circulación, aumentando los espacios verdes y el espacio de las aceras. Unos cambios urbanísticos que se han sumado al cierre de otras tiendas históricas de la zona, como el FNAC de Plaça Catalunya.

Otros locales que han echado la persiana del centro de Barcelona son la papelería Conesa tras 75 años abierta, la emblemática perfumería Regia o la tienda Macson. Otros como el Forn Esplugues, llevaban 126 años abiertos en pleno Passeig de Gràcia y han tenido que cerrar también.