
¿Cuánto vale la vida de una persona en el trabajo? ¿Y si se trata de la vida de un hijo o una hija? Aunque todos conocemos la respuesta, en un juicio todo debe cuantificarse, por más que ninguna cifra pueda compensar la pérdida de un ser querido. Eso es lo que ha ocurrido en Francia, donde un tribunal civil de Nanterre ha indemnizado con 85.000 euros a los padres y a la abuela de Jérémy Wasson, un joven estudiante de ingeniería de 21 años fallecido durante sus prácticas. Los padres consideran insuficiente la compensación económica y alegan que “parece que la pérdida de un hijo no vale mucho”.
Jérémy Wasson comenzaba sus primeras prácticas como estudiante de la Escuela Especial de Trabajos Públicos (ESTP) en una obra de Urbanización de Trabajos, filial del grupo Fayat, en Pantin. Tres días después de incorporarse, el 28 de mayo de 2020, cayó desde una tolva de extracción de humos con una abertura de 60 por 60 centímetros, a más de cinco metros de altura.
Según se determinó en el juicio, el joven no debía haber estado en ese lugar y, además, la tolva solo estaba cubierta con una tabla de madera suelta. Falleció tras tres días ingresado en el hospital de la Salpêtrière.
En septiembre de 2024, el Tribunal de Apelación de París confirmó la condena impuesta en primera instancia a la empresa y al ingeniero jefe de obra. Urbanización de Trabajos fue sancionada con 200.000 euros de multa, más otros 40.000 por las dos faltas cometidas, que era una por la ausencia de formación para Jérémy y la protección deficiente de la tolva. El responsable técnico recibió una pena de 12 meses de prisión condicional y una multa de 10.000 euros.
La familia del joven no estaba conforme, por lo que decidieron recurrir a la vía civil para reclamar el reconocimiento del daño moral. Así, el tribunal de Nanterre reconoció la “falta inexcusable” por parte de la empresa, pero la indemnización concedida de 35.000 euros para cada padre y 15.000 para la abuela la califican de “claramente insuficiente” por los afectados.
Frédéric Wasson, padre del joven, expresó su decepción y dolor tras conocer el fallo, en el que dijo para el medio Le Parisien “el tribunal aceptó la propuesta económica de la empresa, que apenas supera la cifra ofrecida por la CPAM. Para nosotros, la vida de nuestro hijo parece no tener valor”. También criticó la falta de reconocimiento a los efectos psicológicos y económicos sufridos por la familia.
La abogada de la familia, Juliette Pappo, matizó que “la justicia penal fue más contundente que la civil”, y en paralelo, la ministra de Trabajo francesa, Astrid Panosyan-Bouvet manifestó que “podríamos prohibir temporalmente la contratación de aprendices a empresas condenadas por negligencia grave”.
En España mueren cada año 74 persona por caídas laborales
El caso de Jérémy no es el único ni en Francia ni el resto de mundo. En España, por ejemplo, se registraron una media de 74 muertes anuales por caídas laborales entre 2019 y 2024, según un informe de Umivale Activa. En ese periodo se notificaron 708.887 accidentes con baja por esta causa, de los cuales 9.523 fueron graves o muy graves y 445 acabaron en fallecimiento.
En este sentido, los empleados de la construcción bajo el sindicado CCOO, aunque pidiendo una jubilación anticipada por su profesión de riego, también pidieron más seguridad con el lema “¡Queremos salud, no un ataúd!”.