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Un niño de cuatro años con altas capacidades se niega a volver al colegio: “la maestra dijo delante de todos que él…”

Una profesora de un centro especializado en alumnos con altas capacidades y alto potencial en el lenguaje, explica cómo se sintió un niño nada más llegar al aula.


Niño enfadado
Un niño enfadado apoyado en la mesa del colegio. |Envato
Berta F. Quintanilla
Fecha de actualización:

Los niños con altas capacidades suelen tener dificultades, al principio del curso escolar, para encontrar su lugar en el aula ordinaria y es por eso que en muchos colegios cuentan con actividades específicas de refuerzo y, en todos, con maestros especializados. Una de estas profesoras, que imparte Educación Infantil en un jardín de infancia en Niza, cuenta la experiencia que vivió con un niño de sólo cuatro años con alto potencial intelectual (PAI)- 

Era el niño más pequeño del centro y fue matriculado en el mes de noviembre de 2024. Venía de un colegio en el que tenía problemas con los compañeros, con los profesores y con los contenidos de las materias (muy elementales) porque en muchos casos, se aburría en clase. Avanzaba más rápido ya que “los niños con altas capacidades suelen desarrollar desde muy temprana edad un vocabulario rico y una comprensión extraordinaria de los matices”, como explicó la directora del centro, Mariette Bousquet a Le Figaro.

Este pequeño dominaba los tiempos verbales, incluido el modo subjuntivo que es el más complejo y cuando entró en la clase “notamos que venía de un clima de incomprensión”. Descubrieron su fascinación por los dinosaurios y usaron este tema para conseguir que se sintiese mejor. “Tuvo que reaprender la sensación de seguridad”. 

Los padres del niño adaptaron su jornada de trabajo

La directora explica que toda la familia, sus padres y hermanos, tuvieron que cambiar sus rutinas. Entre ellas, los horarios de trabajo adaptándolos a la nueva escuela del pequeño. “Empezaron a venir a recogerle por las tardes porque pasar tantas horas en el colegio era demasiado para él”.

Cuando cogió confianza, empezó a aprender más cosas que añadir a las que ya sabía y a las que investigaba por su cuenta en los libros de su casa. “A principios de 2025 empezamos a trabajar de nuevo con él”. Lo que sabía hacer, que hasta el momento había estado escondido, sorprendió a todo el equipo directivo.

“Tiene una caligrafía impecable que ha sorprendido incluso a los alumnos más mayores”. Estos le han integrado enseguida. “El otro día estaba sentado en el patio con dos niños de primer curso de primaria, que están aprendiendo a leer. Uno de ellos se equivocaba y confundía letras pero el pequeño de Infantil le corregía ¡cuando se supone que él no sabe leer!”.

Algo parecido le pasa con las Matemáticas, “donde ya presenta conocimientos avanzados”. 

En la guardería “le ponían tareas demasiado simples”

El niño llegó a Educación Infantil en su nuevo centro después de pasar algunos años en un centro infantil. La profesora, explica la directora de su colegio actual, “le ponía tareas muy sencillas como puntear o repasar líneas de puntos y él no podía seguirlas. No tenía capacidad cognitiva”.

La maestra, entonces, se enfadaba con él. “Se pasaba la mañana diciéndole que era malo, y que no conseguía nada”. Lo que este niño necesitaba desde sus primeros años de escolarización era una atención personalizada, acorde con sus altas capacidades.

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