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Una mujer de 53 años que sobrevivió a la burbuja tecnológica de las puntocom lanza un aviso a quienes trabajan ahora con la IA: “No sean un fraude”

Sobrevivió al estallido de las puntocom y hoy lanza una advertencia a quienes trabajan con inteligencia artificial. “Muchos solo quieren dinero fácil”, asegura.


Gabrielle Heyman
Gabrielle Heyman |Getty Images
Francisco Miralles
Fecha de actualización:

Gabrielle Heyman tiene 53 años y, tras más de dos décadas trabajando en el sector tecnológico, ha querido compartir cuáles fueron las claves que le ayudaron a superar y conservar su empleo durante el estallido de la burbuja de las puntocom. Entre los consejos que da a quienes hoy se adentran en la Inteligencia Artificial, hay uno que considera fundamental: “no aparentar más de lo que realmente sabes”.

Tal y como explica al portal Makeit, cuando empezó su carrera laboral no tenía muy claro qué quería ser. “De joven pensé que quería dedicarme al cine porque soy de Los Ángeles y tengo familia en el mundo del cine”, cuenta. “Pero luego, cuando lo intenté, me di cuenta de que la gente era muy mala”, especialmente con los asistentes, un puesto que ella ocupaba entonces.

Fue mientras trabajaba como asistente en la cadena CBS en 1998 cuando decidió cambiar de rumbo y solicitó un puesto como encargada de campañas online. “En ese momento era el auge de internet”, recuerda. Así que comenzó “a formar su equipo de ventas de publicidad online”, y descubrió que la gente era más simpática y que tenía un don para las ventas.

Desde entonces, su carrera ha incluido puestos de responsabilidad en empresas como Yahoo, BuzzFeed o Electronic Arts. Actualmente, es vicepresidenta global de ventas y alianzas en Zynga, la compañía de videojuegos responsable de títulos como FarmVille, el famoso juego de Facebook.

A pesar de sus logros, la llegada de los años 2000 trajo consigo el colapso de muchas empresas tecnológicas. Según datos de la consultora Challenger, Gray & Christmas, solo en 2001 se destruyeron más de 168.000 empleos del sector.

Para entenderlo mejor, la burbuja puntocom fue una crisis financiera que estalló entre 2000 y 2002, tras años de inversiones millonarias en modelos de negocio que no eran rentables. Estas compañías crecieron rápidamente en bolsa, pero muchas acabaron cerrando al no generar beneficios. El resultado fue una oleada de despidos, cierres y pérdidas millonarias. No obstante, algunas lograron sobrevivir, como Amazon o eBay.

Cómo sobrevivir a la llegada de la IA

Heyman recuerda que temió por su puesto en Electronic Arts, que recortó 250 empleos en octubre de ese año. “Estaba convencida de que me iban a despedir, pero no fue así”. Cree que lo que la salvó fue su compromiso y autenticidad. “En este sector no puedes permitirte mentir o fingir, tienes que saber de verdad lo que haces”, afirma.

Para ella, la irrupción actual de la inteligencia artificial guarda muchas similitudes con el fenómeno vivido a finales del siglo pasado. “Mucha gente se lanza solo por la posibilidad de ganar dinero rápido, sin pensar en construir algo sostenible”, advierte con preocupación.

La inteligencia artificial o IA es una nueva industria que está atrayendo a muchos emprendedores con pocos conocimientos técnicos, más interesados en obtener inversión que en crear un producto sólido y de calidad. El atractivo reside en la oportunidad de obtener ganancias, más que en un interés genuino por desarrollar algo que funcione. Cuando la demanda se estabiliza y algunas empresas quiebran, “queda mucha gente desfavorecida”, dice, refiriéndose a quienes no estaban realmente interesados y que, al marcharse, se llevan consigo muchos trabajos.

Ahora, para sobrevivir al nuevo mundo de la inteligencia artificial, hay que preocuparse por él. Eso significa, según Gabrielle, leer, formarse y estar al día de todo, no solo en tu entorno, sino también de la competencia. “Estar al tanto de lo que hacen los clientes y experimentar con la tecnología”, añade.

Por otro lado, destaca la importancia de prestar atención al talento y al proceso de selección. Recomienda fijarse bien en quién se entrevista y cómo se proyecta la empresa a futuro. Por último, señala que observemos cómo “la empresa invierte en talento, infraestructura y liderazgo a largo plazo”, y añade que “a menudo es fácil distinguir entre las empresas que persiguen tendencias y las que construyen para el futuro”.