Hace un mes, la Seguridad Social confirmaba que la jubilación reversible estaba muy cerca. Por ello, el debate sobre el futuro de las pensiones en España con la nueva propuesta ha vuelto a ocupar un lugar central en la agenda política y social. El envejecimiento acelerado de la población, sumado al retiro de la generación del baby boom del mercado laboral, ha puesto de manifiesto la necesidad de buscar fórmulas innovadoras que garanticen la sostenibilidad financiera del sistema público.
La jubilación reversible, concebida como una versión más flexible de lo que actualmente se conoce, aspira a ofrecer un margen de maniobra tanto a los trabajadores como al propio sistema, permitiendo a los pensionistas reincorporarse de forma parcial al mercado laboral y compatibilizar su pensión con un salario. Sin embargo, se trata de un proyecto aún pendiente de aprobación parlamentaria.
Qué dice el economista sobre la jubilación reversible
En este contexto, Eduardo Bolinches, economista invitado al programa ‘Y ahora Sonsoles’, explica que la nueva modalidad aspira a evitar que “lleguen todos de golpe” al sistema de pensiones, ya que esto podría poner en jaque la viabilidad financiera de la Seguridad Social. “Ahora vienen muchos baby boomers a jubilarse, esto está a punto de rebosar y este es el problema”, advierte.
Para el experto, “la idea es buena porque tiene dos finalidades: que haya menos gente o, dicho de otra forma, que vaya menos gente a chupar del fondo de las pensiones, porque cuanta menos gente haya, mejor”, argumenta, ya que “nos están costando 13.500 millones de euros al mes, que es como comprarse 400 iPhones al día”.
Un modelo pensado para aliviar la presión sobre el sistema
La jubilación reversible permitiría compatibilizar la pensión con un empleo a jornada parcial (entre el 40% y el 80% de una jornada completa). El precedente más cercano, la jubilación activa, exige además la contratación de una persona joven en condiciones equiparables y una permanencia mínima de dos años.
“Eso existe, pero necesitamos la involucración del empleador”, matiza Bolinches, quien advierte que, de aprobarse la nueva fórmula, supondrá seguir cotizando a la Seguridad Social mientras se percibe la pensión, aunque esta se reduciría proporcionalmente según la dedicación laboral.
