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Las empresas españolas siguen destinando más de 10 horas semanales a reclamar pagos pendientes

España se sitúa entre los cinco países europeos donde las compañías invierten más tiempo en recuperar deudas comerciales, según el último Informe Europeo de Pagos.


Las manos de una trabajadora recibiendo dinero
Las manos de una trabajadora recibiendo dinero |Envato
Redacción Noticiastrabajo
Redacción Noticiastrabajo
Fecha de actualización:

Las empresas en España dedicaron una media de 10,12 horas semanales a perseguir pagos atrasados de clientes durante el último año. Esta cifra, recogida en el Informe Europeo de Pagos 2025 elaborado por Intrum, posiciona a España como el quinto país europeo donde más tiempo se destina a esta tarea, solo superado por Suiza, Eslovaquia, Países Bajos y Austria.

El estudio analiza el comportamiento financiero de las empresas en 25 países del continente. En el otro extremo de la clasificación figuran Bulgaria, Serbia y Croacia, cuyas empresas dedican menos tiempo a la gestión de impagos.

Pese a seguir siendo una carga notable, el tiempo medio invertido en España ha registrado una reducción progresiva: en 2023 la media era de 11,31 horas y en 2024 descendió a 10,61 horas, lo que sugiere una cierta mejora en la eficiencia de los procesos de cobro o una ligera disminución en la morosidad empresarial.

Predomina la gestión interna, pero crece la externalización

El 64% de los impagos se siguen gestionando de forma interna, a través de equipos propios. No obstante, se observa un aumento progresivo del recurso a terceros. Actualmente, el 28% de los cobros se realiza mediante empresas especializadas y un 8% se canaliza por medio de factoring.

Las previsiones apuntan a que, en los próximos dos años, la externalización ganará peso: el uso de agencias de recobro podría aumentar hasta el 32%, lo que refleja una tendencia hacia la profesionalización de la gestión del riesgo de crédito.

Contexto económico y búsqueda de eficiencia

Este cambio se enmarca en un entorno económico cada vez más complejo, donde factores como el endurecimiento de los plazos de pago, la presión sobre la liquidez y la necesidad de optimizar recursos impulsan a las empresas a buscar soluciones más ágiles y especializadas.

Delegar esta fase del proceso de cobro también permite a muchas compañías reducir tensiones con los clientes y centrarse en su actividad principal, mejorando así su competitividad y sostenibilidad.

Aunque el volumen de impagos y el esfuerzo para recuperarlos siguen suponiendo un desafío para las empresas españolas, los datos reflejan una evolución hacia una gestión más eficiente y profesionalizada, en línea con las necesidades de un tejido empresarial que busca adaptarse con mayor resiliencia a las condiciones del mercado.