Las personas que cuentan con una vivienda pagada pueden utilizar esta propiedad para adquirir una segunda residencia. Se trata de “rehipotecar la vivienda” y existen dos métodos para hacerlo: la primera es solicitar una nueva hipoteca al banco para adquirir otro inmueble pero estableciendo la vivienda habitual como garantía de pago. Es decir, la vivienda de la que ya se es propietario funcionaria como aval para obtener el capital y comprar una nueva.
No obstante, esta operación financiera puede conllevar una serie de riesgos que hay que tener en cuenta: si no se cumplen con los pagos del préstamo hipotecario solicitado para comprar el nuevo inmueble, pueden embargar la casa que se estableció como garantía. De hecho, si esta no fuera suficiente para saldar el impago, podrían embargar otros bienes.
Por ello, antes de pedir una nueva hipoteca, se deben tener garantías de que se va a poder hacer frente al pago del préstamo hipotecario. De lo contrario, se podría perder la vivienda en propiedad. Otra opción, que conlleva el mismo riesgo, es hipotecar de nuevo la casa que ya se tiene pagada y con el dinero obtenido adquirir una nueva propiedad.
Pasos para rehipotecar la vivienda
Tanto por propia seguridad del propietario como por exigencia de la entidad financiera, lo primero es demostrar la solvencia. Esto es, evidenciar que se puede responder a los pagos mensuales. En relación con esto, habrá que solicitar la nota simple de la vivienda al Registro de la Propiedad. Con este documento, además de reconocerse la propiedad del inmueble, se puede demostrar que se está libre de deudas.
También habrá que pasar por el proceso de tasación: se realiza una valoración del inmueble para saber cuál es el valor del bien (garantía del préstamo) y el riesgo que se asume con la hipoteca. Una vez cerrada la tasación, se procede a la firma del crédito hipotecario ante notario. A la hora de cerrar la operación, hay que seguir las mismas recomendaciones que con la hipoteca: lo recomendable es que la cantidad de dinero que se solicita no supere el 80% de la tasación. Ya que, de ser así, podrían imponer condiciones adicionales.
Al igual que las hipotecas, luego hay que analizar la oferta: cuánto se va a pagar mensualmente (y qué gastos fijos se tienen al mes para ver si rentable), cuál es el plazo máximo para liquidar el préstamo, qué tipo de interés ofrecen, si el interés es fijo o variable (el segundo, depende del valor del euríbor), si exigen contratar productos vinculados y qué comisiones hay que pagar (de apertura, por amortización de la hipoteca, por subrogación del préstamo…).
Rehipotecar la vivienda con capital pendiente
Además de las dos opciones anteriores, también se puede dar el caso de que, a la hora de comprar un nuevo inmueble, todavía quede por pagar parte de la hipoteca de otra vivienda. En este caso, el banco cancelará la anterior y abrirá una nueva. También se puede solicitar una ampliación del capital. La entidad financiera estudiará el importe solicitado, procederá a la tasación de ambos inmuebles y analizará la situación financiera del solicitante.
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