
Google ha lanzado Offerwall, su última herramienta para ayudar a los editores a ganar dinero. El problema, es que llega justo después de que los propios resúmenes de IA de la compañía hayan provocado una caída de tráfico web, que en algunos casos roza el 70%. Un movimiento que plantea una pregunta: ¿Será un salvavidas o nueva vuelta de tuerca al control de la información digital?
Las cifras son contundentes y no las da Google, sino los principales observadores del sector. Según un análisis de 300.000 palabras clave realizado por Ahrefs, la llegada de los AI Overviews (los resúmenes generados por inteligencia artificial en la búsqueda) ha supuesto una caída del 34,5% en la tasa de clics (CTR) de la primera posición orgánica. Otras fuentes, como la agencia Amsive, confirman un descenso medio del 15,49% que en casos extremos supera el 37% cuando se combinan varios formatos de resumen en la página de resultados.
El caso más sangrante lo protagoniza Mail Online, que ha visto cómo su CTR se desploma un 56% pese a mantener el liderazgo en resultados orgánicos. La conclusión es que la IA de Google no sólo responde a las búsquedas antes de que el usuario visite las webs, sino que canibaliza el tráfico que antes sostenía el modelo de negocio de miles de medios y creadores de contenido.
Aunque la IA externa apenas genera tráfico, Google mantiene el control absoluto del negocio digital
Mientras el debate público gira en torno al auge de buscadores IA como ChatGPT, Perplexity o Gemini, los datos reales desmontan el alarmismo, que a día de hoy, todo el tráfico combinado que estos buscadores alternativos envían a las webs no llega ni al 1%. Así lo revela el análisis del consultor Glenn Gabe, que alerta sobre el peligro de dejarse llevar por la narrativa del “fin del SEO” cuando la única realidad es que Google sigue dominando el tablero con mano de hierro.
El verdadero problema,no es el auge de la IA externa, sino cómo Google está usando su propia IA para redibujar las reglas del juego y rentabilizar a su favor el tráfico que antes iba a parar a los editores, según explican los expertos.
Offerwall llega como remedio, pero la herida abierta por la IA sigue sin cerrar
En este sentido, Google presenta Offerwall como la solución para que los medios recuperen ingresos. Al parecer se trata de una especie de “muro interactivo” donde los lectores pueden elegir entre ver anuncios cortos, rellenar encuestas, pagar micropagos o suscribirse a boletines para acceder al contenido. La herramienta presume de ser personalizable y estar impulsada por IA para optimizar el momento de mostrar el muro.
Los primeros editores que la han implantado reportan un aumento medio del 9% en ingresos. Pero la cifra palidece frente a la magnitud de las pérdidas provocadas por el desplome del tráfico. La paradoja es demoledora: Google ofrece un flotador después de haber abierto el agujero en el casco.
A pesar del ruido mediático en torno a la IA, los analistas advierten que descuidar el posicionamiento en Google (tanto en los clásicos “10 blue links” como en los nuevos resúmenes) supone un riesgo existencial para cualquier medio digital. El buscador sigue siendo la fuente principal de visitas y cualquier cambio en su algoritmo o en la visibilidad de los resultados tiene efectos inmediatos en la supervivencia de los proyectos editoriales.