
La alfalfa es una leguminosa que está generando miles de euros en Argentina, donde ya se está comenzando a explotar como un negocio de alto potencial. Concretamente, la ciudad de Córdoba, debido a sus buenas condiciones climatológicas, se ha convertido en referente para miles de empresas del sector agrícola (incluidas las europeas) que han puesto sus ojos en este alimento.
Los expertos ya lo tienen claro: es conveniente invertir en este ‘oro verde’ que promete grandes resultados a corto y medio plazo. La alfalfa se usa para elaborar el heno y los forrajes que comen los animales así como otros alimentos para consumo humano. Los expertos aseguran que “parece no tener techo, por lo menos a corto plazo”.
Ya que se ha tomado como ejemplo esa ciudad argentina, hay que señalar que los números hablan por sí solos. Según datos publicados por Infobae, hay 610.000 hectáreas de superficie dedicadas a este híbrido del cereal. Además, se ha invertido mucho dinero en un entramado industrial potente que dé cobertura de momento a la demanda del país y en un futuro a las exportaciones.
Esta red integra a 105 socios y tiene previsto un viaje a Francia y Alemania, donde explicarán su crecimiento y su alto volumen de ingresos en un congreso. Este, el cuarto que se realiza a nivel mundial sobre la alfalfa, tendrá lugar en Reims y la feria Agritechnica de Hannover.
Argentina exporta 147.000 toneladas anuales de heno
La intención es continuar creciendo, pero a día de hoy en Argentina se exportan unas 147.000 toneladas de heno al año (el 1,5% del mercado mundial). Gracias a esto, se están dando pasos de gigante en la ganadería, especialmente en las intensivas.
Y, además, en el país de Miley se está haciendo caja porque ya se han ingresado 66 millones de dólares (más de 57 millones de euros). Esto deja un volumen global de 9,8 millones de toneladas. Ahora, los expertos en agroalimentación señalan que estos números son bajos, porque el potencial a explotar en este país sigue en stand by.
Los animales cada vez necesitan una alimentación más completa, y en Argentina ya ven los cultivos de alfalfa como una excelente herramienta para crecer económicamente.
250.000 dólares de ingresos al año
Este crecimiento económico aspira a ser de 250.000 dólares de ingresos anuales, debido a las más de 800.000 toneladas que se espera exportar a medio plazo. En Córdoba (Argentina) están las mayores concentraciones de cultivo, con cuatro de las 7 plantas de compactado que existen actualmente en el país.
Se ha construido hace poco una planta deshidratadora. Los expertos señalan que cuando se amplíe la producción se llegará a números nunca vistos. Se está invirtiendo mucho dinero en la formación y en nuevas máquinas y se calcula que sería necesario tener 50 plantas de procesamiento por 0 toneladas por hectárea o 100 plantas de 10 toneladas.
Esto requiere una alta inversión y mejores logísticas tanto de producción como de transporte. En estos momentos, a la cabeza de la producción está Estados Unidos con el 58% del negocio, seguida por Australia con el 12%, España (10%) y Canadá (5%). Japón es el primer exportador global, con el 26% de las compras de heno.
En España hay 217.000 hectáreas de cultivo de alfalfa
En términos de superficie cultivada, España alcanza las 217.000 hectáreas dedicadas al cultivo de alfalfa, de las cuales unas 110.000 hectáreas se destinan a procesos industriales de deshidratado. Este salto cuantitativo ha sido clave para responder a la demanda internacional y garantizar la trazabilidad y calidad del producto final.
Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, esta evolución se vio acompañada de un crecimiento sostenido de las exportaciones, con destinos como
Emiratos Árabes Unidos, China y Arabia Saudí entre los principales compradores.
Los expertos señalan que el éxito español se debe a una combinación de inversión privada, apoyo institucional y adaptación tecnológica. La Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas, Hortalizas, Flores y Plantas vivas (FEPEX) ha subrayado la necesidad de continuar reforzando la cadena de valor y diversificando los mercados.
Por su parte, los productores valoran positivamente el modelo, aunque advierten de los desafíos que representa el contexto climático y la creciente competencia internacional. La sostenibilidad del sistema hídrico y la eficiencia energética de las plantas industriales figuran entre los principales retos a futuro.