Una maestra deja su trabajo por estrés y ahora gana el doble trabajando 2 horas al día

Son muchas las personas que se sienten identificadas con el síndrome del trabajador quemado. Agotamiento físico y mental, estrés, ansiedad, cambios en la alimentación y en el sueño... Son algunos de sus síntomas. Y es precisamente lo que sentía Ella Weston, una maestra de Primaria que, harta de esta situación, decidió dejar su trabajo y montar su propio negocio. Y le ha salido bien, porque ahora gana el doble de su salario original a pesar de trabajar solo dos horas al día. 

Residente en Londres, empezó a dar clases en 2021 nada más graduarse, pero rápidamente se desilusionó con su profesión. Así, a pesar tener solo 26 años, las horas en el trabajo se le hacían “insoportables”, aunque le encantara la enseñanza. Por ello, en marzo de 2024, dio el paso: dejó su trabajo y comenzó a dar clases particulares en un espacio improvisado en casa. 

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Los beneficios que le ha dado tomar esta decisión no solo son económicos (ganando el doble), sino que Weston destaca especialmente “la libertad y el tiempo que he ganado”, en declaraciones recogidas por el medio ‘Daily Mail’. “Ahora mis mañanas son mucho más lentas, ya no están alimentadas por la adrenalina o las prisas por salir a la calle”. 

Una rutina de trabajo que disfruta “de verdad” 

Tras este cambio, Elle Weston empieza el día “con un par de alumnos en casa a los que ayudo durante el día”. A primera hora de la tarde, tiene dos sesiones de grupos de solamente cuatro niños cada uno. “Preparar estas sesiones es algo que disfruto de verdad, ya que me encanta crear lecciones personalizadas y adaptadas que conecten con los intereses de los niños y hagan que el aprendizaje sea divertido”. 

De hecho, el carácter estricto de su anterior empleo fue uno de los motivos que le empujaron a montar su propio negocio. Además, se le sumaban las “las largas horas de trabajo” y el hecho de que “a menudo” sacrificaba su tiempo personal “para cumplir las expectativas cada vez mayores del puesto”. Incluso gastaba su propio dinero para hacer más acogedora las aulas y debía realizar distintas tareas administrativas que realmente, no tenían nada que ver con la enseñanza. 

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“Me resultaba difícil mantener el equilibrio”, cuenta al citado medio, expresando que “con el tiempo, el peso de todo empezó a afectar a mi salud. No dormía bien, mi ansiedad empeoraba y, finalmente, mi médico me dio de baja por hipertensión y necesidad de reposo”.  

“Ahora incluso tengo lista de espera”     

Dejar un trabajo no es fácil, y menos cuando se va a emprender, con todos los riesgos que esto supone. Pero el caso de Ella Weston ha sido todo un éxito. Bajo el nombre de ‘Ella's Study Spot', montó su escuela particular y asegura que “no tardó mucho en despegar”. En pocos meses, los grupos reducidos estaban casi llenos y “ahora, incluso, tengo lista de espera”.  

Una de las claves ha sido la demanda, ya que asegura que no todos los niños pueden seguir el ritmo que impone el sistema educativo y este tipo de enseñanza particular es un apoyo que buscan muchas familias. “Ha sido gratificante ver lo rápido que ha crecido el negocio y la diferencia que puede suponer para estos alumnos una enseñanza personalizada, divertida y centrada”, expresa. 

En este sentido, aunque reconoce que duplicar sus ingresos “ha sido increíble”, asegura que también ha supuesto asumir “responsabilidades en las que no tenía que pensar cuando era profesora", aunque esto le ha hecho ser “mucho más inteligente con el dinero” hasta el punto de que “ahorrar e invertir se han convertido en mis prioridades”.  

A pesar de que el beneficio económico es grande, reconoce que “habría estado dispuesta a sacrificar algunos ingresos por el estilo de vida que tengo”, por lo que estar en una posición en la que ha aumentado sus ingresos y tiene más control sobre su tiempo le parece “lo mejor de ambos mundos”. Su trabajo ya no le consume como antes y cuenta con “familias encantadoras": “es una carrera increíble y gratificante, y no la cambiaría por nada”, sentencia.