El municipio a media hora de Madrid que esconde uno de los monumentos más raros de Europa

Madrid es la ciudad española con mayor oferta de ocio, pero a veces apetece algo diferente. Para esas personas que les gusta cambiar de aires y conocer rincones escondidos está Mejorada del Campo, un municipio a media hora de Madrid capital con uno de los monumentos más raros de Europa.

Esta localidad pertenece a la zona de turismo de la Cuenca del Henares y tiene un gran interés paleontológico, ya que cuenta con restos de asentamientos del paleolítico y el neolítico. Además, cuenta con unos de los edificios más atípicos de toda la Comunidad de Madrid, su catedral.

La Catedral de Justo, un espacio único y sostenible

La construcción de la Catedral de Justo en Mejorada del Campo se llevó a cabo por un solo hombre, Justo Gallego Martínez. Nacido en la localidad, dedicó más de 60 años de su vida a construir este edificio, a pesar de que no tenía experiencia en la construcción ni formación en arquitectura. 

La Catedral abarca 4700 metros cuadrados, tiene una altura de 35 metros y más de 2.000 vidrieras que adornan sus paredes. Además, dispone de 12 torreones y 28 cúpulas. Un espacio único en el mundo que muy pocos consideraron posible.

Pero el buen hacer del mejoreño no es lo único que hace especial a este monumento, sus materiales también forman parte de su esencia. Y es que la Catedral está construida únicamente con materiales desechados que se encontraban en un polígono industrial de la zona. Neumáticos, bidones de gasolina o ladrillos reciclados son algunos de los elementos que utilizó su constructor.

Más turismo en Mejorada del Campo

Pero la Catedral no es el único aliciente para visitar este municipio. Además de otros edificios emblemáticos como su Iglesia Parroquial, La Casa Grande, El Pontifical, o el Puente de Hierro, Mejorada del Campo cuenta con espacios increíbles capaces de deslumbrar a sus visitantes.

Para los que prefieren los planes al aire libre y la naturaleza está el paraje natural conocido como Las Islillas. Estas se formaron después de varias crecidas del río Jarama, dando lugar a al espacio protegido que es hoy en día, formado por cinco humedales catalogados, un observatorio de aves, álamos blancos, caminos transitables y un área recreativa.