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Se jubilaron a los 30 años en 1991 y ya no han vuelto a necesitar trabajar: así lo hicieron

Billy y Akaisha Kaderli consiguieron jubilarse anticipadamente gracias a su trabajo y a sus inversiones


Billy y Akaisha Kaderli en la playa
Billy y Akaisha Kaderli en la playa |Billy y Akaisha - CNBC
Antonio Montoya
Fecha de actualización:

Una pareja hizo posible lo que parece imposible, consiguieron jubilarse a los 30 años, en 1991. Trabajaban mucho, tenían muchas obligaciones y empezaron a invertir desde muy jóvenes por su cuenta, pero llegaron al objetivo que se habían marcado en 1989: jubilarse anticipadamente. Lo consiguieron gracias a invertir 500.000 dólares, cifra que hoy valdría 1,2 millones de dólares.

Billy y Akaisha Kaderli decidieron que querían y, por supuesto, podían permitirse jubilarse anticipadamente. “Los dos trabajábamos muy duro”, dice Billy en una entrevista que concedió a la cadena estadounidense CNBC Make It, para después proseguir con que rápidamente se dieron cuenta de que no querían seguir así hasta que alcanzaran una edad de jubilación ‘normal’ o no pudieran trabajar más físicamente. Querían tener independencia financiera mucho antes de lo previsto.

Invirtieron 500.000 dólares y se jubilaron en 1991

Billy era un chef francés de formación y su mujer era dueña de un restaurante en Santa Cruz, California. En 1985, Billy se había cansado de la cocina comercial y fue contratado para trabajar como inversor: “uno de los trabajos más fáciles que he tenido”, comenta al respecto de esta profesión. Con este empleo ganó algo de dinero, suficiente para poder empezar a invertir por su cuenta. Su pareja analizó sus finanzas y calculó cuánto necesitarían para jubilarse por completo.

Billy lo explica así: “Estábamos invirtiendo todo lo que podíamos, haciendo un seguimiento de nuestros gastos para descubrir qué gastábamos en nosotros mismos… y nos dimos cuenta de que teníamos suficiente en ese momento”. Tras ese análisis previo decidieron tomarse 2 años más de planificación antes de jubilarse definitivamente en 1991, cuando ambos tenían 38 años y habían invertido 500.000 dólares. Ajustado a la inflación, ese capital valdría casi 1,2 millones de dólares hoy.

Dejaron sus obligaciones atrás para empezar a recorrer el mundo

Cuando Billy y Akaisha Kaderli decidieron dejar sus trabajos en 1991, el movimiento FIRE (independencia financiera y jubilación anticipada) aún no tenía la suficiente importancia. En esa época, internet apenas comenzaba a dar sus primeros pasos y no existían los blogs ni las comunidades digitales que hoy acompañan ese estilo de vida.

“Teníamos muchísimas obligaciones: trabajo, facturas y la competencia en California por casas, coches, vacaciones y demás. Queríamos hacer algo diferente”, explica Akaisha. “Éramos personas muy orientadas a la libertad”.

Desde entonces, han pasado más de tres décadas recorriendo el mundo. Han vivido en Tailandia, Guatemala, Indonesia, la isla de Nevis y, desde hace siete años, alquilan un apartamento en Chapala, México, al que vuelven con frecuencia. Toda su experiencia está documentada en su blog, donde relatan cómo lograron sostener esta vida fuera del sistema laboral tradicional.

Han sobrevivido a crisis como la financiera de 2008 y la pandemia de COVID-19 sin mirar atrás. “Una vez que te vuelves financieramente independiente, haces lo que te da la gana”, resume Billy.

La jubilación no es aburrida: “Eres dueño de tu vida”

A pesar de llevar años jubilados, no se arrepienten, por mucho que la gente les diga que es aburrido. “Existe la idea errónea de que la jubilación es simplemente quedarse sentado y que puede volverse aburrida”, dice Akaisha. Por eso prefieren definirse como “económicamente independientes”. Lo suyo no era escapar del trabajo, sino conquistar el derecho a elegir qué hacer con su tiempo.

“Puedes elegir lo que quieres hacer: puedes enseñar a niños o a ciegos, viajar por el mundo o trabajar donde quieras, porque eres dueño de tu tiempo”, cuenta ella. “Eres dueño de tu vida”.

Han hecho del viaje su modo de vida. “Es un estilo de vida, no unas vacaciones”, explica Billy. “Nos gusta instalarnos en una zona y conocer a la gente, las tiendas y la gastronomía de la zona, y hacer amigos”.

Ese deseo constante de descubrir ha sido el motor. “Siempre queríamos ir, ir, ir y probar cosas nuevas, comer nuevos platos y conocer gente nueva”, afirma Akaisha, quien estudió antropología. Junto con la experiencia culinaria de Billy, ese interés compartido les mantiene siempre explorando.

Obstáculos y decisiones difíciles

La independencia financiera no los ha eximido de atravesar momentos difíciles. A lo largo de los años han enfrentado enfermedades e imprevistos médicos, que les han obligado a tomar decisiones clave sobre dónde y cómo tratarse.

“Hemos utilizado el turismo médico en todos los lugares donde hemos estado y hemos tenido excelentes resultados”, explica Billy.

Este mismo año, Akaisha fue diagnosticada con cáncer de mama en etapa 3. Decidieron regresar a México para recibir tratamiento durante tres meses. Una vez más, su estilo de vida les permitió adaptarse. “Nos gusta poder tomar las decisiones”, dice ella.

Treinta años después de su retiro, la pareja continúa viviendo bajo sus propias reglas. “Nos gusta tener la última palabra, ir adonde queramos, quedarnos el tiempo que queramos, simplemente pensando de forma innovadora”, cuenta Akaisha.

Las inversiones que hicieron en su momento siguen funcionando y les permiten sostener su día a día con comodidad. “Cada vez es mejor”, resume. Y no es solo una cuestión de dinero: “La jubilación nos ha hecho más flexibles física, mental y emocionalmente. Hemos visto el mundo”.