La inflación subyacente ahoga el bolsillo de los pensionistas

La reforma de las pensiones del actual Gobierno liga la revalorización de las pensiones a la tasa interanual del IPC, que no tiene en cuenta la inflación subyacente, el indicador actualmente más alto y que excluye de su cómputo los alimentos y las energías.

La inflación subyacente ahoga el bolsillo de los pensionistas
Cómo afecta la inflación subyacente en las pensiones
Javier Martín

El dato de la inflación del mes de febrero volvió a instaurar una calma tensa en el seno del Gobierno, en general, y del Ministerio de Trabajo, en particular. No solo por repuntar por segundo mes consecutivo, rompiendo así un trimestre de descensos con ese 5,9% en lo que ubicó el INE la tasa interanual del IPC, si no por la inflación subyacente, que alerta que la subida de precios puede durar más de lo esperado. Un hecho que, directamente, afectará a los pensionistas

Esta excluye los alimentos frescos y la energía por su volatilidad, y que superó por primera vez en mucho tiempo a la tasa general, situándose en el 7,7%, un récord desde que hay registros de ella. Pero, ¿por qué es importante y cómo afecta a las pensiones?

El Ejecutivo ha tratado de paliar, en la medida de lo posible, los efectos derivados de la pandemia del nuevo coronavirus, la vuelta a la actividad rutinaria tras el cese de las restricciones sanitarias y el desarrollo de la guerra en Ucrania con sucesivas medidas para contener la inflación. Aunque con poco éxito, ya que las previsiones es que siga manteniéndose en los niveles actuales durante prácticamente todo el 2023. 

Cómo afecta la inflación subyacente a las pensiones

La inflación subyacente pasa de puntillas la gran mayoría de veces a la hora del análisis, pero es tan importante como el general de la inflación, indican los expertos. Al ser la gasolina, el diésel y la electricidad tan volátiles, los analistas consideran más fiable observar la inflación subyacente para anticipar la tendencia de la inflación, si va a ser duradera o temporal.

De esta manera, el precio de la energía se disparó aún más con el inicio de la guerra en Ucrania, pero si los Gobiernos encuentran otras alternativas para proveerse o si la guerra tiene visos de terminar más pronto que tarde, los precios se desinflarán. Incluso el BCE la tiene en el punto de mira para tomar decisiones respecto a la política monetaria, como las consecutivas subidas de interés que han ejecutado en los últimos meses y que ya han encarecido las hipotecas, de media, un 50% a causa de un euríbor en el 3,53% en febrero.

Que la tasa del inflación subyacente sea superior a la general, contrariamente a lo que ha venido sucediendo en los últimos meses, indica que no viene la presión energética y logística, como sí ocurriría al contrario. Esta inflación, por tanto, es importante porque puede perdurar y hacer que se cronifique, el llamado efecto bucle, aunque caigan los precios de los elementos volátiles.

Se espera, además, que esta, que otorga una radiografía de la inflación más realista que la tasa general, continúe subiendo, avivando el debate de que el sistema actual de las pensiones, como indicó el propio BCE, no es el más adecuado, al no reflejar la verdadera pérdida de poder de compra de los pensionistas.

El Gobierno de Pedro Sánchez instauró en la pasada reforma la revalorización de las pensiones ligada a la tasa interanual general del IPC con el objetivo de evitar que los jubilados pierdan poder adquisitivo con la inflación. Es decir, que la subida de las pensiones, que actualmente se ubica en el 8,5% (el resultado del IPC medio entre diciembre de 2021 y noviembre de 2022), no se corresponderá con la pérdida real y el sobrecoste de vida. Ellos son, además, los que no suelen tener otra vía de ingresos aparte de la propia pensión, viendo como sus bolsillos se quedan sin aire económico con el paso de los meses.

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