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El economista Niño Becerra lo tiene claro: “Bajarán los precios muchísimo”

El economista Santiago Niño Becerra explicó en enero que los nuevos aranceles de Trump a los vehículos chinos podrían acabar provocando una caída de precios en Europa. Dos meses después, la situación es otra.


El economista Santiago Niño Becerra
El economista Santiago Niño Becerra |TV3
Francisco Miralles
Fecha de actualización:

Santiago Niño Becerra, catedrático de Estructura Económica y una de las voces más reconocidas del análisis económico en España, dio su punto de vista el pasado mes de enero sobre el posible impacto que podría tener las políticas comerciales del ahora presidente de los Estados Unidos Donald Trump. Lo hizo en el programa ‘Tots es mou’ de TV3, donde dijo que “bajarán los precios de los coches muchísimo”, en referencia a los efectos colaterales que podrían desencadenar los nuevos aranceles estadounidenses sobre los automóviles fabricados en China.

El economista lanzó así su predicción apenas unos días antes de que Trump asumiera de nuevo el cargo. “Tenemos que esperar al 20 de enero, ya que a partir de este día el señor Donald Trump será investido presidente de Estados Unidos”, señaló entonces, insistiendo en que si cumplía sus promesas, “lloraremos todos”, debido a la posible subida de precios.

Becerra se centró en el anuncio de los aranceles del 100% a los coches chinos. “Trump dijo que pondría a los coches chinos un arancel del 100%”, recordó el economista, anticipando así un cambio en la distribución global de estos vehículos.

Según su planteamiento, este movimiento supondría un golpe económico para el fabricante asiático, incapaces de asumir una duplicación de precios en el mercado estadounidense. Por este motivo, esos vehículos buscarían salida en otros continentes, lo que generaría un excedente en Europa o África. La lógica, explicó, era sencilla: “Si los chinos bajan sus precios, los automóviles europeos se verán forzados a bajar precios o a cerrar fábricas”.

¿Y qué ha pasado desde entonces?

El tiempo ha pasado y algunas cosas han cambiado. Trump ha cumplido con lo anunciado: el arancel del 100% a los desde hoy entra en funcionamiento, una segunda medida, también polémica: un impuesto adicional de coches chinos está en vigor y 5% para todos los vehículos fabricados fuera de Estados Unidos.

Aun así, el escenario que anticipaba Niño Becerra no ha terminado de materializarse. Ningún gran fabricante ha rebajado aún de forma notable sus precios en Europa como consecuencia de estas medidas. Tampoco se ha observado una llegada masiva de vehículos chinos desviados desde Estados Unidos.

Sí, se han registrado descuentos puntuales por parte de marcas como MG o BYD explican desde Autobild, especialmente en sus modelos eléctricos. Pero esas promociones respondieron a la interrupción temporal del Plan Moves, que obligó a compensar la falta de ayudas con rebajas directas, y no a un movimiento de stock procedente de Asia.

En la práctica, el efecto que más preocupa a día de hoy no es una bajada de precios, sino el encarecimiento de los vehículos europeos en el mercado estadounidense debido al nuevo arancel del 25%.

Europa, especialmente Alemania, en el punto de mira

Las grandes marcas europeas, como Mercedes, BMW o Volkswagen, se verán afectadas por esta nueva carga fiscal. Aunque algunas disponen de plantas en Estados Unidos, una parte importante de su producción destinada a ese país proviene de México y Canadá. Y esos vehículos, a partir de ahora, serán más caros.

Según la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), la UE exportó en 2023 unos 800.000 vehículos a Estados Unidos, por un valor aproximado de 40.000 millones de euros. De ese total, Alemania representa más de la mitad, con más de 446.000 coches exportados y casi 25.000 millones de dólares en ingresos. Una parte considerable de este negocio quedará afectada por el nuevo arancel.

¿Se cumplirán las predicciones?

De momento, el panorama parece alejado del que preveía Niño Becerra. Ni ha habido un “efecto rebote” en los precios ni se ha generado una presión suficiente para forzar una bajada generalizada. La incertidumbre, no obstante, continúa, y el comportamiento del mercado en los próximos meses será clave para saber si aquella advertencia del economista, lanzada con rotundidad —“Bajarán los precios de los coches muchísimo”—, termina por hacerse realidad.

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