En poco más de una semana, toda España estará escuchando a los niños de San Ildefonso cantando los premios de la lotería. El Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad es una tradición muy arraigada que, año tras año, siembra la ilusión en el país entero. Y es que no es un juego de azar más, sino que, gracias a él, se crean lazos con las personas que más queremos e, incluso, se crean vínculos en el trabajo o con personas con las que, normalmente, no compartiríamos ningún bien material, como si lo hacemos con los décimos.
Sobre esto, se ha manifestado el famoso economismo Santiago Niño Becerra, que ha compartido una reflexión para 'La ventana de los números' de Cadena SER que no deja indiferente a nadie. La Lotería de Navidad, aunque no exactamente como la conocemos, nació en 1812. En euros actuales, el Gordo permitía a los afortunados comprarse dos casas en Madrid. Pero, es más, “la cosa mejoró”.
Así, en 1920, los ganadores "podían comprarse 24 casas y, ahora, ninguna", salvo en “algún sitio”, como puede ser en pueblos rurales. Es un dato muy revelador del transcurso que ha seguido el concurso, así como del nivel de vida actual y de uno de los problemas más graves que se está viviendo en la actualidad, que es la vivienda.
“Supongo que lo que se quiso es reducir los premios para tener más ganancias”
Niño Becerra ha continuado explicando que, a partir de 1950, los premios empezaron a descender: “supongo que lo que se quiso es reducir los premios para tener más ganancias", añadiendo que, a la hora de hacer una comparación de los premios a lo largo del sorteo, es importante tener en cuenta factores como la inflación, el precio de los bienes básicos o los impuestos asociados a los premios. En este sentido, cabe recordar que, actualmente, la Agencia Tributaria se queda el 20% de los premios que superan los 40.000 euros. Esto significa que se queda con el 20% del Gordo, el segundo y el tercer premio.
Sobre la razón por la que se han mantenido los premios, el economista tiene una teoría: “Si se vende todo, ¿para qué vas a aumentar los premios?”. Y es que, como continúa explicando, no es un sorteo más: “Es un símbolo, hay 50.000 concursos, Euromillones, 50.000 cosas, pero la Lotería de Navidad tiene algo que, por las fechas, porque sirve para compartir con amigos, se hace en el trabajo, se hacen números colectivos, tiene algo”. Y por tener este toque especial, cree que a Loterías y Apuestas del Estado no le hace falta subir los premios, ya que las personas seguirán participando igual.
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