Unos excursionistas encuentran un tesoro escondido de más de 300.000 euros: ha estado oculto “bajo tierra durante más de cien años”

Un tesoro escondido no es algo fácil de encontrar, pero lo cierto es que el hallazgo puede ocurrir como en cualquier momento. Así ha sido el caso de dos excursionistas que descubrieron en febrero de 2025 un valioso tesoro enterrado en la ladera del monte Zvičina, en la República Checa, que está valorado en más de 300.000 euros y que contiene monedas de oro, joyas y artículos personales con un peso total de siete kilos.

El tesoro fue entregado al Museo de Bohemia Oriental en Hradec Králové, que ha informado a través de sus redes sociales del hallazgo. El mismo tuvo lugar en un terreno hoy cubierto por el bosque, donde antiguamente se alzaba un montículo de piedras artificial.

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En el interior del mismo, los excursionistas descubrieron dos cajas. La primera de ellas, parcialmente visible gracias a una lata de aluminio que sobresalía, contenía 598 monedas de oro dispuestas en once columnas y envueltas en tela negra. La segunda, situada a un metro de distancia, albergaba objetos de metal dorado, como 16 pitilleras, 10 pulseras, una bolsa de malla metálica, un peine, una cadena con llavero y una polvera.

Un tesoro con un gran valor histórico y arqueológico 

Según Miroslav Novák, responsable del Departamento de Arqueología del museo receptor, este tipo de enterramiento se vienen realizando desde la prehistoria con el fin de ocultar bienes valiosos en contextos de inestabilidad.

Aunque el caso de este tesoro encontrado por los excursionistas no es tan antiguo, se trata de un hallazgo excepcional tanto por la cantidad de metales preciosos como por su relativa proximidad temporal. 

Tras analizar el contenido de las cajas, desde el Museo, informan que las monedas encontradas en las mismas están fechadas entre 1808 y 1915, pero no formaban parte de un fondo monetario en circulación, sino que se trata de tesoro acumulado como valor refugio.

En algunas de las piezas se han encontrado contramarcas posteriores estampadas en los territorios de la antigua Yugoslavia durante las décadas de 1920 y 1930, lo que sugiere que se trata de un ocultamiento posterior a la Primera Guerra Mundial.

El experto numismático Vojtěch Brádle, aclara que se trata de un conjunto único en el contexto checo, con predominancia de monedas francesas, seguidas de emisiones del Imperio Austrohúngaro, así como belgas y otomanas, y destaca la ausencia de ejemplares alemanes y checoslovacos.

En cuanto al resto de piezas encontradas que no son monedas, la Oficina de Ensayos aún se está analizando la composición del metal con la que están fabricados, algo que desvelará las claves para definir como deberán conservarse, establecer la recompensa económica para los descubridores y preparar su exposición pública.