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Multan a un hombre con 68 euros por los ladridos de su perro: un vecino le denunció

Califican la denuncia del vecino como “oportunista” ya que aprovechó los ladridos del perro para saldar cuentas por antiguas disputas.


Un perro ladrando junto a una ventana
Un perro ladrando junto a una ventana |Envato
Lucía Rodríguez Ayala
Fecha de actualización:

Los problemas vecinales están a la orden del día, y es que ya se viva en un edificio dentro de una comunidad de vecinos o se tengan casas cercanas, los ruidos, las plantas o árboles de los balcones y jardines o el uso de las zonas comunes pueden resultar una fuente de conflicto. Y estos en ocasiones pueden salir caros, como le ha ocurrido a un hombre al que su vecino ha denunciado por los ladridos de su perro y ha sido multado con 68 euros. 

Según la información publicada por el medio francés ‘Le Figaro’ una de las tardes que el hombre pasó varias horas fuera de casa, dejando sola a su mascota, los ladridos alertaron al vecino, que llamó a la policía quejándose de los ruidos. 

En España la Ley de Bienestar Animal establece que el tiempo máximo que un perro puede estar solo en casa es de 24 horas, pero en el caso de este hombre los datos publicados recogen que solo estuvo fuera de casa unas cuantas horas. No obstante, debido a la mala relación con el vecino por problemas previos, este decidió llamar a las autoridades para que tomasen las medidas oportunas. 

Multa de 68 euros por contaminación acústica y alterar el orden público

El abogado del hombre, Eric Alligné, explica al medio que lo ocurrido es más habitual de lo que parece, y es que el vecino aprovechó un problema puntual, como los ladridos del perro, para “reavivar una vieja disputa”. 

En cuanto al ruido generado por el perro, el experto aclara que la ley francesa sobre contaminación acústica prevé que se basa en tres criterios: duración, repetición e intensidad, y que “uno solo puede ser suficiente para desencadenar una multa”. 

Al acudir la policía a la vivienda, sancionó al dueño del perro con 68 euros, pero al considerar que es raro que un solo hecho derive en una multa, decidió recurrirla. Para ello, según explica el abogado, “presentamos un recurso formal ante el Ayuntamiento, argumentando que los ladridos no eran reiterados y que eran de una intensidad razonable”.

Añade además que al no haber grabaciones de los ladridos ni quejas previas, lo que ocurrió el día de la multa queda solo basado en la observación de los agentes de policía, y el código de salud pública francés determina que las molestias deben suponer una perturbación para el vecindario. Por este motivo “no basta con que un perro ladre de vez en cuando para que se considere una infracción”.

La multa, calificada por el abogado como “una denuncia oportunista” fue finalmente retirada por el ayuntamiento.

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