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Soy fontanero, tengo sólo 50 años y las rodillas destrozadas: "no sé cuánto más podré seguir trabajando"

Para recibir su pensión, muchos trabajadores de profesiones muy físicas tendrían que seguir trabajando hasta una edad muy avanzada, pero su cuerpo no se lo permite.


Un fontanero de edad avanzada sin jubilarse
Soy fontanero, tengo sólo 50 años y las rodillas destrozadas: "no sé cuánto más podré seguir trabajando" |Envato
Antonio Montoya
Fecha de actualización:

Son muchas las historias de trabajadores que no pueden jubilarse en Reino Unido por el aumento de la edad de jubilación y lo necesitan, ya sea por problemas de salud heredados o porque desarrollan trabajos muy físicos que les ha desgastado a una edad pronta. La edad de pensión estatal en Reino Unido ronda los 67 años, aunque realmente depende de cada persona pudiendo ser consultada en la página oficial del gobierno británico. Para muchos trabajos físicos esta edad es demasiado alta y, como detallan algunas de las siguientes historias, resulta casi imposible de llegar.

Según una encuesta realizada por The Guardian a personas que tenían trabajos manuales que requerían mucho esfuerzo físico, la mayoría dijeron que no habría manera de llegar a la edad suficiente para cobrar la pensión estatal. Desde un fontanero con 50 años y las rodillas destrozadas, hasta un camionero nocturno que no puede más o un médico que no cree que lo quieran para estar atendiendo pacientes por la noche hasta los 67. Son muchas las experiencias que respaldan la tardía edad de jubilación en este país para muchas personas.

Mi fontanero solo tiene 50 años y sus rodillas “ya no funcionan” para seguir trabajando

Steve describe con el ejemplo de su fontanero la realidad de la situación de las pensiones y la jubilación en el país británico: "Mi fontanero tiene solo 50 años y sus rodillas ya no funcionan. Tras un intento fallido de tocar la cerradura, sus médicos le recomendaron que fuera a fisioterapia porque es ‘demasiado joven’ para un reemplazo de rodilla. Fue a fisioterapia y le dijeron que no podía hacer nada por él, y ahora ha consultado a un especialista en lesiones deportivas”. 

Este caso enmarca perfectamente los efectos del desgaste físico acumulado en oficios manuales. Otro lector añadió: "¿Cómo esperan que alguien que se arrastra bajo fregaderos y sube escaleras a diario pueda mantener ese ritmo hasta los 70 o más?"

Conducir camiones de noche hasta los 66 años es “agotador”

Un antiguo conductor de camiones cuenta que trabajó durante años haciendo rutas nocturnas, lo que implicaba no solo largas horas al volante, sino también esfuerzos físicos: "Cargaba y descargaba mercancía solo, y dormía muy poco. A los 66, ya no podía más". En su caso, llegar a la jubilación fue posible, pero no sin consecuencias: "El cuerpo me avisaba cada día. Me dolían las piernas, la espalda, y la fatiga era constante".

"Trabajé en la construcción hasta que mi cuerpo dijo basta"

Para quienes se dedican a la construcción, el cuerpo suele marcar los límites. Un trabajador comentó: "Empecé con 16 años. A los 58 ya tenía la espalda hecha polvo y las rodillas no respondían. Tuve que parar". A esto añade que muchos compañeros vivieron situaciones similares: "Algunos han tenido que jubilarse con una pensión reducida porque no podían seguir. Y eso, después de toda una vida cotizando". Su rutina era “llegar sobre las 7 de la mañana y salir de nuevo justo antes de las 17:00 para trabajar”.

"Soy médico y no me importaría trabajar hasta la vejez. Aunque no sé si me querrán en plena noche"

En el sector sanitario, la presión física y emocional también es importante. Un médico expresó su preocupación: “Soy médico y no me importaría trabajar hasta la vejez. Aunque no sé si me querrán en plena noche, en urgencias o atendiendo en el médico de cabecera en diez minutos; no es seguro”. Otros profesionales del ámbito coinciden en que una ampliación de la vida laboral sin distinciones perjudicaría especialmente a quienes están en primera línea de atención.

El médico no solo está preocupado por su futuro laboral antes de la jubilación, sino también por el de su propia mujer: “Mi esposa es maestra. ¿Cuidar a 30 niños de cinco años cuando tienes 67? Imposible. Lo creo”.

Se jubiló de la docencia y puede que tenga que volver a trabajar

Para dodiedoh no se trata sólo de si puedes hacer tu trabajo o no, sino de dejarle paso a alguien más que pueda necesitarlo. En su caso, “tengo 62 años y me jubilé de la docencia el año pasado, principalmente porque cada vez me resultaba más difícil mantenerme al día con los constantes cambios en el plan de estudios, etc. A pesar de estar en forma y saludable, no había tenido un día libre por enfermedad en más de treinta años; simplemente ya no tenía energía”. En su punto de vista, alguien joven podría relevarle y estar más actualizado.

Tras jubilarse pronto de la docencia, confiesa que puede tener que volver a trabajar: “Solo tengo una pequeña pensión y ahorros para seguir adelante hasta que reciba la pensión estatal a los 65, pero cada vez que pienso en conseguir un trabajo a tiempo parcial para complementarlo, recuerdo que estaría privando a alguien que necesita el trabajo para mantener a su familia”.

También existe el agotamiento psicológico con la edad

Quienes desempeñan su labor en oficinas del sector público —a menudo percibidas como cómodas o poco exigentes— también sufren un gran desgaste, principalmente por el trato que reciben. Al estar en contacto directo con la ciudadanía, se convierten en el primer punto de contacto con las decisiones gubernamentales, lo que conlleva enfrentarse a personas angustiadas o incluso agresivas. "Más de 40 años manteniendo la calma mientras personas preocupadas o agresivas te gritan pasan factura”.

Comenzó a trabajar en HMRC con tan solo 17 años, una experiencia que recalca como difícil. La mayoría no quiere pagar impuestos, así que no era precisamente agradecido. Más adelante, su trayectoria continuó en el NHS, donde la presión fue aún mayor. Aunque en ocasiones encontraba satisfacción al poder ayudar, afirma que "tener a drogadictos agresivos o simplemente a personas preocupadas y enfermas enfadadas porque no podías darles lo que necesitaban en ese momento en particular te cansa mucho después de unos años. Tengo 68 años y me alegro de haberme librado de esto”.

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