
El Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha ha reconocido la pensión por incapacidad permanente absoluta a un empleado de Amazon debido a las secuelas derivadas de varias intervenciones quirúrgicas en la columna. A pesar de sufrir patologías como espondilolistesis grado II, dolor crónico y severas limitaciones de movilidad, la Seguridad Social le denegó inicialmente la incapacidad permanente absoluta, concediéndole únicamente la incapacidad total para su profesión habitual. A pesar de la resolución del INSS, el tribunal considera que las lesiones le impiden no solo desarrollar su actividad habitual como mozo de almacén, sino cualquier tipo de actividad laboral, por lo que cobrará una pensión vitalicia equivalente al 100% de su base reguladora, que son 1.683,74 euros mensuales.
Según la sentencia, en 2022, cuando este empleado de Amazon que realizaba funciones como mozo de almacén, solicita a la Seguridad Social que le reconozcan la incapacidad permanente debido a las secuelas derivadas de varias intervenciones quirúrgicas en la columna. En el informe médico se detallaban patologías como espondilolistesis grado II, artrodesis lumbar, dolor crónico persistente y severas limitaciones de movilidad, que le impedían realizar esfuerzos físicos y mantener posturas prolongadas.
A pesar de dicho informe, el Tribunal Médico o Equipo de Valoración de Incapacidades (EVI) determinó que las patologías no alcanzaban el grado suficiente como para concederle una incapacidad permanente absoluta para cualquier profesión, pero sí para la profesión habitual. Según explica el dictamen que aparece en la sentencia, el trabajador podía realizar marcha autónoma, aunque con dificultades, y presentaba una movilidad reducida, pero “no se evidenciaban limitaciones absolutas que le impidieran desempeñar cualquier actividad laboral”.
Además, la resolución de la Seguridad Social añade que “si bien el demandante presenta limitaciones derivadas de sus patologías, estas no suponen una pérdida completa de su capacidad funcional”. De esta forma, se determinó que podía realizar trabajos de carácter más sedentario o liviano, por lo que no estaba incapacitado para otro tipo de profesión.
A pesar de que el trabajador intentó poner una reclamación para que le dieran la razón, la Seguridad Social la denegó, argumentando los mismos criterios, por lo que decidió acudir a los tribunales, con el objetivo que le concedieran la incapacidad permanente absoluta.
Reconocida la incapacidad permanente absoluta
En el Juzgado de lo Social nº 1 de Toledo, el mismo denegó el reconocimiento de la incapacidad a este mozo de almacén de Amazon, es decir, que no le dio la razón al considerar que, aunque presentaba dolencias graves, estas no eran lo suficiente para tener reconocido el grado de incapacidad absoluta. En este sentido, el tribunal coincidía con el INSS argumentando que aún podría desempeñar trabajos más ligeros o de carácter sedentario.
Tras esta desestimación en primera instancia, este trabajador de Amazon decide poner un recurso de suplicación ante el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha (TSJ CLM). Ahora, este sí le da la razón al trabajador reconociéndole la incapacidad permanente absoluta para cualquier tipo de profesión.
Las lesiones le impiden realizar cualquier tipo de trabajo
Para reconocer la incapacidad permanente absoluta, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha (TSJ CLM) explicó que las patologías que padecía el trabajador, entre las que se encontraban espondilolistesis grado II, dolor crónico persistente y movilidad reducida, le impedían realizar cualquier actividad laboral, no solo la de mozo de almacén, además de requerir medicación constante para paliar sus dolencias.
No solo eso, además, el tribunal tuvo en cuenta la evaluación inicial del Equipo de Valoración de Incapacidades (EVI), en la que las pruebas médicas constataban un empeoramiento del estado de salud del trabajador, con dolor persistente y limitaciones funcionales que le impedían mantenerse en posturas prolongadas, realizar esfuerzos mínimos o incluso llevar una vida autónoma sin dificultades. Ante este panorama, el tribunal concluyó que el demandante cumplía con los requisitos para ser beneficiario de una incapacidad permanente en grado absoluto.
El motivo por el cual el trabajador luchó por el reconocimiento de la incapacidad absoluta radica en la diferencia económica entre los grados de incapacidad. Mientras que con una incapacidad permanente total tendría derecho a percibir el 55% de su base reguladora, con la incapacidad permanente absoluta esta asciende al 100%. Como resultado, este trabajador recibirá una pensión vitalicia de 1.683,74 euros mensuales, además de las cantidades no abonadas desde el inicio de su solicitud, correspondientes a los atrasos acumulados.
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