Un director ejecutivo de 22 años pide trabajar 80 horas semanales a todo aquel que quiera trabajar en su empresa. Una reciente publicación del emprendedor ha causado un gran revuelo al dejar estas polémicas declaraciones. “Las jornadas laborales empiezan a las 9:00 y terminan a las 23:00”, afirma este joven empresario.
Daksh Gupta es el CEO de la startup de inteligencia artificial Greptile y, a pesar de su corta edad (solo tiene 22 años) tiene una ambición empresarial desmedida que incluso traspasan los límites de lo humano para muchos, como han demostrado sus declaraciones. Es partidario de que sus empleados tengan un horario de 14 horas diarias, al tiempo que reconoce no facilitar la conciliación laboral para ellos.
“Si no das el 100%, estás fuera del juego”.
Así resume este joven emprendedor su idea de negocio. En los últimos meses, se ha hecho famoso por una publicación que realizó en su cuenta de la red social X (antes Twitter). El director ejecutivo de la empresa estadounidense se ha mostrado partidario en varias ocasiones de trabajar 80 horas semanales, al tiempo que reconoce que su entidad no facilita la conciliación de la vida personal y profesional.
Cuando los políticos no paran de debatir sobre la implantación de la jornada laboral de 37,5 horas en España con el objetivo de reducir el tiempo de trabajo semanal, este director ejecutivo pretende ampliarlo. Incluso ha pasado a imponer a todo aquel interesado en trabajar en su empresa que se tienen que adaptar a no tener tiempo personal: “les dice a los candidatos desde la primera entrevista que Greptile no ofrece equilibrio entre vida laboral y personal”.
Jornadas diarias de 14 horas, incluyendo fines de semana
Las palabras de Gupta han llegado lejos en redes sociales, recibiendo todo tipo de reacciones creando una gran polémica entre los que si son partidarios de su visión empresarial y los que no. Unos lo llaman explotador y otros lo ven como un referente capaz de afrontar sin problemas la realidad laboral de Silicon Valley.
El joven director concibe una jornada laboral que abarque todos los días de la semana, incluido el fin de semana. “Los días laborales típicos comienzan a las 9:00 y terminan a las 23:00, muchas veces más tarde, y trabajamos también los sábados y, a veces, los domingos”, detalla Gupta. Una tendencia, la de hacer que sus empleados trabajen en fin de semana, que ya aplicaron otros grandes empresarios como Elon Musk.
Para él no existe la conciliación entre vida personal y trabajo. Gupta defiende que, en el entorno competitivo de las startups, solo quienes dan “el 100%” pueden mantenerse en el juego, por lo que no existe el descanso para él.
Esta defensa se produce mientras grandes tecnológicas como Google y Microsoft automatizan hasta un 30% de su código gracias a herramientas de IA que prometen reducir la carga de trabajo. No obstante, en empresas como Greptile, se mantienen horarios que muchos califican de inhumanos. A pesar de que estudios científicos advierten sobre los efectos negativos de este ritmo sobre la salud cognitiva y emocional, Gupta insiste en que estos sacrificios resultan indispensables para la supervivencia empresarial.
Es un modelo de trabajo que no se puede mantener a largo plazo
Gupta admite que su modelo de trabajo no puede mantenerse a largo plazo, reconociendo que “después de uno o dos años así, nadie debería seguir este ritmo”. A pesar de ello, justifica estas exigencias como una estrategia para fortalecer la presencia de su startup.
Expertos critican esta postura al señalar que no representa un avance, sino un retroceso en las condiciones laborales del sector tecnológico, donde la fatiga crónica se convierte en algo habitual y perjudica tanto la salud física como mental de los empleados.
Gupta incurre en una contradicción al pertenecer a una generación que valora el bienestar psicológico, mientras impone políticas que lo deterioran. Su frase “me importa como a un atleta su deporte” refleja una visión que, para muchos, enmascara la explotación bajo una supuesta pasión por el trabajo.
También advierte a quienes quieran unirse a su empresa: “Enfatizo que el entorno es de alto estrés y no hay tolerancia para el trabajo deficiente”, dejando claro que espera que la vida laboral tenga prioridad. Sin embargo, los datos muestran que las largas jornadas no mejoran la productividad y sí aumentan los riesgos para la salud.
