Pagar la hipoteca incluso después de dejar de trabajar, teniendo en cuenta que la edad de jubilación ordinaria en España es de 65 años, siempre y cuando se cumpla con la cotización legal correspondiente para ello. Es una de las consecuencias que señala un estudio de Idealista/hipotecas en el que han formado parte las más de 7.000 operaciones que han pasado bajo su gestión desde 2021, momento en el que la inflación comenzó a hacer estragos, obligando al Banco Central Europeo en julio de 2022 a elevar los tipos de interés hasta en ocho ocasiones para frenarla.
La hipoteca es una de las deudas más significativas que se contraen a lo largo de la vida, y por eso es fundamental elegir bien el plazo, el tipo de interés y las condiciones que ofrece la entidad bancaria. Sin embargo, muchos españoles se ven obligados a alargar el plazo de su hipoteca más allá de los 65 años, lo que constituye un riesgo para su economía y su calidad de vida.
Esto significa que tendrán que seguir haciendo frente a una cuota mensual con una pensión que, en muchos casos, será inferior a su salario. Las consecuencias se agravan teniendo en cuenta otra conclusión: el 33% no habrá terminado de solventar la hipoteca a los 70 años, cuando los ingresos y las pensiones suelen caer. 2.348,46 euros brutos, según el INE, es la media de ingresos mensuales del colectivo mayor de 55 años.
“Los datos indican que alrededor del 58% de los hipotecados llegaría a los 65 años con parte de su hipoteca aun sin saldar. El mayor problema aparece para aquellos que a la fecha de la formalización de la hipoteca tienen 36 o más años, aunque es cierto que no todos ellos llegarán a la jubilación endeudada, ya que se pueden realizar amortizaciones durante la vida del préstamo. La subida de tipos de interés ha supuesto que muchas familias con ahorro disponible hayan optado por reducir el saldo de sus hipotecas, aunque también es cierto que la mayoría no reducen el plazo, sino la cuota mensual”, indica la inmobiliaria online.
¿Qué consecuencias tiene esto para los hipotecados?
En primer lugar, puede dificultar el acceso a otras fuentes de financiación, como préstamos personales o tarjetas de crédito, ya que los bancos tendrán en cuenta su nivel de endeudamiento y su capacidad de pago. En segundo lugar, puede limitar su capacidad de ahorro e inversión, lo que les impedirá mejorar su patrimonio o hacer frente a imprevistos. Y en tercer lugar, puede afectar a su bienestar emocional y físico, al generarles estrés y preocupación por su futuro financiero.
“Los datos son contundentes, pues muestran claramente el gran esfuerzo que realizan muchas familias para acceder a una vivienda en propiedad. Bien es cierto que a menudo no se llega al plazo final inicial, ya sea por la venta del inmueble o por los pagos anticipados, pero es fundamental concienciar a los consumidores sobre la responsabilidad y riesgo que adquieren, para que lo gestionen adecuadamente. La subida de tipos es sin duda una piedra más en el camino, por eso ahora más que nunca es fundamental analizar y comparar todas las opciones antes de decidirse por una hipoteca, que es un gran compromiso a largo plazo“, señala el director general de idealista/hipotecas, Juan Villén.
Evitar alargar el pago de la hipoteca
Desde idealista/hipotecas recomiendan varias medidas para reducir el plazo de la hipoteca y liberarse cuanto antes de esta carga. Entre ellas, destacan las siguientes:
- Comparar las ofertas de varios bancos y negociar las mejores condiciones posibles, tanto en el tipo de interés como en las comisiones y los productos vinculados.
- Elegir un plazo lo más corto posible que permita pagar una cuota cómoda, sin comprometer ni la estabilidad financiera ni el nivel de vida.
- Aprovechar los momentos de bajada de tipos o de mejora de la situación económica individual para amortizar capital anticipadamente, ya sea total o parcialmente, y así reducir el plazo o la cuota.
- Revisar periódicamente la hipoteca y valorar la posibilidad de cambiarla de banco si se encuentra una oferta más ventajosa, siempre teniendo en cuenta los gastos y las condiciones que implica la subrogación.
Con estas medidas, se estará en disposición de acortar el plazo de la hipoteca y evitar tener que pagarla tras el retiro laboral. De esta forma, se podrá disfrutar de la jubilación con tranquilidad con todas, o al menos la mayoría, de las cuotas de la hipoteca solventadas.
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