No queda nada para que la Campaña de la Renta eche el cierre. Así, conviene resolver todas las dudas para declarar el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) a tiempo, si no se quieren recibir multas y recargos de la Agencia Tributaria por superar los plazos. Sobre todo si se trata de declaraciones más complejas, como es el caso de los contribuyentes que sean accionistas: necesitan saber cómo se incluyen las acciones en la declaración de la Renta.
De tener estas inversiones, adelantar que las acciones solo tributan si se venden. No se tiene que pagar nada por ellas por el mero hecho de tenerlas en la cartera, solamente hay que hacerlo cuando se obtengan dividendos. Aquí entra el primero de los criterios a tener en cuenta, los dividendos, junto a las ventas de acciones, donde entra en juego el beneficio obtenido y el precio al que se compraron las acciones vendidas.
Partiendo de esta base, como explican desde el grupo de asesoramiento financiero y gestión de activos Abante, hay que diferenciar entre dos tipos de renta a la hora de explicar la fiscalidad de las acciones: la renta explícita e implícita. A continuación se explican ambas y cómo se deben reflejar en la declaración de la Renta para no tener problemas con Hacienda.
Incluir las acciones en la declaración de la Renta
Comenzando por la renta implícita, es la que se produce cuando se vende el producto financiero. En este caso, la acción tributaría como ganancia o pérdida matrimonial y se debe incluir en la casilla 0328 de la declaración de la Renta. Para hacerlo, se deben introducir los datos de la venta: el nombre de la empresa a la que se han vendido las acciones, el valor de transmisión (lo que se ha obtenido de beneficio con la venta menos las comisiones aplicadas), y el valor de la adquisición (lo que costó en su momento comprar dichas acciones, incluyendo las comisiones). Si se hubiera producido más de una venta de acciones, habría que seguir este procedimiento por cada operación realizada, pulsando en ‘Alta Entidad Emisora’.
Por su parte, la renta explícita incluye los beneficios o intereses que se han obtenido por mantener un producto financiero (acciones) en la cartera. Se trata de los dividendos, que corresponden a la parte de beneficio que una empresa reparte entre sus accionistas por formar parte de la misma. Esa cantidad que se recibe, tributa en la base del ahorro como rendimiento del capital mobiliario, correspondiente a la casilla 0029. Como explica la entidad bancaria BBVA, además de los ingresos obtenidos por los mismos, se debe recopilar las retenciones, comisiones o cargos que se hayan aplicado por la recepción de estos dividendos.
Siguiendo con la tributación de las acciones, también hay que recordar que sus rendimientos tributan en la base del ahorro en base a unos tipos impositivos fijados, que son los siguientes:
- Hasta 6.000 euros: 19%
- Entre 6.000 y 50.000 euros: 21%.
- Entre 50.000 y 200.000 euros: 23%.
- Más de 200.000 euros: 26%.
Respecto a la venta de acciones, señalar que está sujeta a una norma, conocida como FIFO (First in, first out) que obliga a vender en primer lugar los productos que se compraron primero si se trata de los mismos valores. Para Hacienda, siempre se venderán primero las acciones que se compraron antes, siendo este el método que utiliza para determinar el orden en que se vendieron las acciones y calcular la ganancia o pérdida patrimonial en el IRPF.
Compensación de las pérdidas
Las pérdidas patrimoniales se pueden compensar con las ganancias. Un recurso que se utiliza para ahorrar en la declaración de la Renta y pagar solamente impuestos por los beneficios reales que se han tenido por las inversiones. Como explican desde la plataforma de inversores Finect, el dinero que se ha perdido con una inversión se restará a lo que se ha ganando, tributando únicamente por la diferencia entre ambas.
Se pueden compensar pérdidas y ganancias de cada producto de inversión y, en el caso de los primeros, también con productos de la misma categoría. Aplicándolo a las acciones, su categoría (ganancias y pérdidas patrimoniales), es la más amplia: engloba desde acciones de bolsa hasta fondos de inversión, EFTs, compra de oro…. Casi todas las inversiones.
Incluso, se pueden compensar con los rendimientos de capital mobiliario hasta un máximo del 25%, si el resultado sigue siendo negativo después de restar estas pérdidas. Si, después de esta compensación, se sigue estando en un saldo negativo, se puede compensar en los cuatro años siguientes de la misma forma.
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