A quién le corresponde pagar las facturas en un piso de alquiler es una de las preguntas más frecuentes que puede generar muchas dudas y conflictos tras la entrada en vigor de la nueva Ley de Vivienda a finales de mayo. La respuesta no es única ni sencilla, ya que depende de lo que se haya acordado en el contrato de arrendamiento, que es el documento legal que regula las condiciones del alquiler.
En este documento se deben especificar claramente los derechos y obligaciones de ambas partes, así como las responsabilidades sobre el pago de las facturas. En general, se puede distinguir entre dos tipos de facturas: las que corresponden a los servicios básicos (agua, luz, gas, teléfono, internet, etc.) y las que se refieren a los gastos de la comunidad de vecinos (limpieza, mantenimiento, ascensor, jardín, piscina, etc.).
Contrato de alquiler: ¿Quién tiene que pagar los servicios básicos?
En cuanto a los servicios básicos, lo más habitual es que sean responsabilidad del inquilino, ya que dependen del consumo que registren durante su estancia en el piso. El inquilino debe pagar las facturas que le lleguen a su nombre o al del propietario, según cómo se haya dado de alta el servicio. Entre ellos destacan algunos como el gas, la electricidad o la luz.
Sin embargo, el propietario puede asumir el pago de alguna o todas estas facturas si así lo establece en el contrato o si lo pacta con el inquilino de forma verbal o escrita. En ese caso, es conveniente fijar un límite de consumo o un importe máximo mensual para evitar abusos o malentendidos. También es recomendable revisar periódicamente los contadores y las tarifas para ajustar el pago a la realidad.
Contrato de alquiler: ¿Quién tiene que pagar los servicios básicos?
Se trata de algunos conceptos como el IBI, la cuota de la comunidad o seguro de la casa. Lo más común es que sean a cargo del propietario, ya que se consideran parte de la conservación y el disfrute del inmueble. El propietario debe pagar la cuota mensual que le corresponda según su coeficiente de participación en la comunidad. No obstante, el inquilino puede hacerse cargo de estos gastos si así lo acuerda con el propietario o si lo dispone el contrato.
En ese caso, es importante que el inquilino tenga acceso a las facturas y a las actas de las reuniones de la comunidad para comprobar que los gastos son reales y justificados. También es conveniente que el inquilino se informe de las normas de convivencia y de los posibles problemas o incidencias que puedan afectar al piso.
Los tres tipos de especificaciones en el contrato del alquiler
En el contrato de alquiler se pueden especificar las condiciones de pago de los suministros de la vivienda, como la luz, el agua o el gas. Hay tres opciones posibles:
- Que el propietario sea el titular y el responsable de pagar las facturas, y luego se las cobre al inquilino junto con la renta o por separado.
- Que el propietario sea el titular, pero que las facturas se carguen directamente en la cuenta del inquilino, que es el que las paga.
- Que el inquilino sea el titular y el que paga las facturas, y que pueda elegir la comercializadora y la tarifa que más le convenga.
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