¿Quién miente? Así se contabilizan los fijos discontinuos y por qué hay polémica

Existen tres fuentes principales para contabilizar a los trabajadores fijos discontinuos: Fedea analiza cada una y revela sus limitaciones.

Trabajador fijo discontinuo
Recuento de los fijos discontinuos: por qué hay tanta polémica EFE
Esperanza Murcia

La reforma laboral aumentó significativamente el número de trabajadores con un contrato fijo-discontinuo. Es una realidad innegable que ha dado lugar a algunos de los debates más acalorados entre Gobierno y oposición: el recuento de los fijos discontinuos. Los rifirrafes entre la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, han sido de lo más intensos en las últimas jornadas. Pero, ¿por qué hay tanta polémica?

El primer punto controvertido es la fuente que se utiliza para aportar este dato. Desde Fedea, publicaron este mes de abril un informe específico par abordar esta cuestión, la contabilización de los fijos discontinuos, donde ya en el inicio se enmarca esta problemática: la naturaleza estacional o el carácter intermitente de este tipo de contratos, y el hecho de que la relación laboral no finalice explícitamente cuando acaba un período de actividad como en los contratos temporales, es el origen de los problemas estadísticos que ha generado la reforma laboral de Díaz. 

Al respecto, son tres las fuentes estadísticas disponibles para calcular los macro-indicadores de paro o empleo: los registros administrativos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), los registros de la Tesorería General de la Seguridad Social (TGSS) y la Encuesta de Población Activa del Instituto Nacional de Estadística (INE). Un “fenómeno”, aseguran desde Fedea, que “pone de relieve los problemas de identificación de los trabajadores fijos discontinuos y de la situación en la que se encuentran, en actividad o inactividad laboral”. 

El segundo problema es cómo clasificar la situación laboral en la que se encuentran cuando están en período de inactividad: si siguen ocupados o, por el contrario, pasan a ser
desempleados o inactivos. Las tres fuentes mencionadas utilizan criterios propios que no coinciden entre sí a la hora de establecer esta clasificación.

Clasificación del INE

La Encuesta de Población Activa (EPA) es la fuente más utilizada por Yolanda Díaz. En declaraciones a ‘Noticiastrabajo’, el INE asegura que “la metodología de los datos de empleo y paro de la EPA que elabora el INE sigue la establecida por la Organización Internacional del Trabajo y las directrices de Eurostat en virtud de los reglamentos que la regulan”.

En este sentido, explican que “en la EPA se clasifica a cada persona en virtud de sus respuestas a las preguntas del cuestionario”. Si la persona no ha trabajado en la semana de referencia de la encuesta, se indaga por la existencia de un empleo del que haya estado ausente esa semana. “Si declara como motivo principal de ausencia de su empleo que es ‘fijo discontinuo o trabajador estacional en la época de menor actividad’ (que es una de las 15 razones que se preguntan en el cuestionario; las más habituales son vacaciones, enfermedad…), y previa confirmación de que no realiza tareas relacionadas con ese empleo, se le hacen preguntas sobre búsqueda de empleo”.

En función de las respuestas a las preguntas sobre búsqueda activa de empleo y sobre la disponibilidad para incorporarse a un trabajo en caso de encontrarlo, se le clasifica como ‘parado’, si busca activamente empleo–, o ‘inactivo’, si no lo busca de forma activa. En cuanto al número de fijos discontinuos en paro, precisan que “la EPA no indaga sobre las situaciones administrativas de toda la población”

Partiendo de esta premisa, Feda avisa de las “limitaciones” de la EPA en esta contabilización: aunque esta encuesta proporciona información sobre un segundo empleo, solo se conoce el tipo de contrato en el empleo principal. “Puede ocurrir, por lo tanto, que una persona no tenga un contrato fijo discontinuo en el empleo principal, pero si en el secundario, sin que podamos identificarlo como TFD (trabajador fijo discontinuo), ya sea en actividad o inactividad”. 

También apuntan que las preguntas sobre las razones para no haber trabajado en la semana de referencia no se limitan a los asalariados y para los no ocupados no se puede conocer “ni la situación profesional, ni el tipo de contrato en el empleo que dicen tener. Es decir, si la persona se clasifica como parado o inactivo no podemos distinguir si es un autónomo, una ayuda familiar, el miembro de una cooperativa o un asalariado”. 

Clasificación de la TGSS

El segundo indicador, esta vez explicado por Fedea, es el registro de la Tesorería General de la Seguridad Social (TGSS). Este organismo publica las series de afiliados en alta laboral y no se refieren a una persona, como la EPA, “sino a una relación laboral o emparejamiento entre una empresa (o cuenta de cotización) y un trabajador”. 

En el caso de los fijos discontinuos, precisan, se trata de los emparejamientos que están en período de actividad, ya que las empresas tienen la obligación de comunicar a la TGSS las altas o bajas que se producen cuando se inicia o finaliza el período para el que los TFD fueron llamados para realizar la actividad. Las bajas se deben comunicar también tantas veces como finalicen los períodos de llamamientos realizados por la empresa dentro de la relación laboral establecida.

Entendiendo esto, el organismo identifica las limitaciones de esta clasificación: primero, un trabajador en actividad puede ser contabilizado tantas veces como emparejamientos con un contrato de fijo discontinuo tenga en alta laboral. Segundo, las series de afiliados se refieren solo al Régimen General, exceptuando los antiguos Regímenes especiales agrarios y de empleados del hogar. Y, tercero, la TGSS no publica datos sobre afiliados con este tipo de contrato en períodos de inactividad

Clasificación del SEPE

Se basa en los registros de demandantes de las oficinas de empleo públicas, que también incluyen a los trabajadores fijos discontinuos que pueden estar o no en período de inactividad. De hecho, precisan desde Fedea, estando en período de actividad, pueden registrarse como demandantes porque busquen otro empleo. 

El problema aquí es que no ofrecen información sobre todos los TFD en inactividad, solo de los que están registrados como demandantes, y no todos estos empleados tienen incentivos para registrarse, sobre todo si no cumplen los requisitos para cobrar una prestación por desempleo. También advierten que “la condición de fijo discontinuo excluye al trabajador de su clasificación como parado y los incluye en grupos de demandantes no parados”. 

En último lugar, desde la fundación explican que hay “problemas jerárquicos” para clasificar a los TFD el grupo de demandantes adecuado. “Por ejemplo, en los casos del pluriempleo, en los que el trabajador tenga otro empleo que no sea fijo discontinuo. Otro ejemplo es cuando, aun siendo fijos discontinuos en período de inactividad, el motivo para registrar su demanda puede ser para mejorar su empleo o para compatibilizarlo con el que ya tiene, algo que debería ser recurrente entre los fijos discontinuos”.

En estos casos, continúan explicando, “dependiendo del criterio de jerarquía establecido, podría clasificarse como demandante con relación laboral por estar en período de inactividad o como demandante ocupado para mejorar de empleo. Para comprobar si el trabajador sigue empleado en la empresa con un CFD o si sigue en período de inactividad, existen dos posibilidades: el cruce con los datos de afiliación en alta laboral y los datos sobre llamamientos que las empresas comunican al SEPE cuando los demandantes vuelven a la situación de actividad”. 

Sin embargo, añaden que no se tiene información sobre “cuáles son los criterios técnicos que se usan para resolver este tipo de problemas, ni si se han tenido que adaptar para hacer frente al aumento masivo de contratos fijos discontinuos. Además, las estadísticas publicadas por el SEPE incluyen a los demandantes fijos discontinuos en período de inactividad en el subgrupo de “demandantes con relación laboral” (DRL), en el que aparecen conjuntamente con los demandantes en ERTE, y los demandantes perceptores de prestaciones adscritos a trabajos de colaboración social”. 

Nuevo sistema de contabilización

Teniendo en cuenta las anteriores deficiencias, Fedea propone un sistema como los microdatos de la 'Muestra continua de vidas laborales' de 2022, que permite una mayor segregación de los datos. Gracias a estos, pudieron ver el efecto más inmediato de la reforma de Yolanda Díaz, registrando 2,2 millones de emparejamientos empresa/trabajador con un contrato fijo discontinuo con algún período de actividad durante dicho año. 

También un fenómeno desconocido: la mayor parte de las situaciones de pluriempleo proceden de fijos discontinuos en inactividad. Si se excluyen de este colectivo aquellos que tengan al menos otro emparejamiento en alta laboral, ya sea con o sin un contrato de este tipo, el stock de fijos discontinuos subiría hasta los 1,25 millones de personas a 31 de diciembre de 2022.

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