El teletrabajo puede aplicarse a 8 de cada 10 empleos

El informe ‘El futuro del teletrabajo’ presentado en el World Economic Forum indica que el 84% de los empleos mundiales son ‘teletrabajables’. Estos son los retos que apunta.

El teletrabajo puede aplicarse a 8 de cada 10 empleos
Profesional trabajando de forma remota
Javier Martín

El teletrabajo está de moda. Prácticamente sigue en el mismo lugar en el que lo dejó la pandemia de Covid-19, en primera plana de actualidad. Más allá del extendido dicho de ‘ha llegado para quedarse’, lo que sí parece una realidad es que todos los caminos llevan a ello. Lo confirman las preferencias de los trabajadores, que demandan conciliación laboral como uno de los tres factores más a tener en cuenta para su bienestar.

Y también el Gobierno de España, que modificó la ley del teletrabajo para renovar y modificar determinadas cuestiones que trajeron colas de polémica tras la pandemia, como quién debe asumir los gastos del teletrabajador o síntomas colaterales asociados como el tecnoestrés, derivado del ‘multitasking’, o la conectividad digital permanente.

Sin embargo, muchas empresas muestran recelo sobre la posibilidad de llevar a cabo esta modalidad laboral en cuanto a determinadas rutinas. O, al menos, la conveniencia de llevarse a cabo en remoto. ¿Se pierde efectividad? ¿Es mejor realizarlo en persona? ¿Ha enraizado tanto la digitalización y sus distintas herramientas?

Qué es el teletrabajo: ventajas e inconvenientes

A pesar de la aparente simpleza de la pregunta, puede dar respuesta a las cuestiones anteriores. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), es aquel “trabajo a distancia efectuado con auxilio de medios de telecomunicación y/o una computadora”.

Por tanto, para que un trabajo sea ‘teletrabajable’, debe formar parte de una contratación individual o colectiva que implique una relación laboral formal, que como ventaja tiene el ahorro de recursos en traslados, menor estrés y mayor productividad, en teoría, recalca la OIT.

Como desventajas, puede presentar una cierta pérdida de control, aislamiento social, riesgo en el manejo de la información y desequilibrio en la relación trabajo / hogar. Estos son, de hecho, los principales aspectos a cuadrar dentro de un marco jurídico normativo más específico, apunta también la OIT.

La OCDE, al respecto, apunta a utilizar la resiliencia y, en su defecto, utilizar modelos híbridos, pero siempre orientados a la conciliación, lo que mejorará la calidad y la rentabilidad de la empresa.

En qué trabajos se puede teletrabajar

De acuerdo con el informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), ‘El futuro del trabajo”, el 84% de los trabajos a nivel mundial están listos para digitalizar rápidamente los procesos del día a día laboral. Es decir, más de tres cuartos de los empleos mundiales están preparados para teletrabajar. Algo que implicaría el potencial de habilitar al 44% de su fuerza laboral para operar de forma remota a través del denominado ‘home office’.

Los retos del teletrabajo

Este cambio de paradigma planteará desafíos como la creación de un sentido de comunidad, conexión y pertenencia entre los empleados a través de herramientas digitales buscando generar un equilibrio entre productividad y bienestar que implica en un amplio sentido las bases del teletrabajo del futuro. La OCDE cree que no va a hacer más que extenderse con el paso del tiempo.

Pero esto generará otra brecha de competencias. Más bien, que se extienda la existente entre las habilidades requeridas por los empleadores, cada vez más digitales, y la situación actual de la planta laboral existente de aquellos que no las dominen. Se habla de programas de inteligencia artificial, procesadores de texto o distintas aplicaciones que resultan indispensables para conservar el empleo o acceder a uno.

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