Temor en la banca ¿Se desplomará Deutsche Bank?

La entidad bancaria alemana, una de las más importantes de Europa, vio cómo caían sus acciones recientemente un 15%, ahondando en la crisis de confianza del sistema que inició la quiebra de Silicon Valley Bank y la crisis del Credit Suisse.

Temor en la banca ¿Se desplomará Deutsche Bank?
Oficina Deutsche Bank
Javier Martín

El descalabro en Bolsa del Deutsche Bank desde el pasado 9 de marzo alcanzó la pasada semana el 15%, contagiado por la primera ficha de dominó del sistema financiero y bancario en caer, el Silicon Valley Bank de Estados Unidos. A la quiebra del banco estadounidense, nutrido por las ‘startups’ amenazadas de muerte por las consecuentes subidas de los tipos de interés, le siguió el K.O técnico de Credit Suisse, uno de los más reputados históricamente.

El banco suizo no llegó a quebrar, teniendo que ser rescatado por CBS pero sí a aumentar la temperatura de un caldo de cultivo con un denominador común de preocupación: los clientes, que ven como en este marzo negro, las entidades bancarias y financieras han dilapidado ya el 21% que había ganado en la Bolsa en los dos meses previos.

En la diana, el mismo perfil: los que dependen mayoritariamente de carteras de inversión y trading, alejándose del cliente retail. En otras palabras, apuesta más por los productos financieros que por la banca tradicional. Y el resultado ha sido deficitario.

Es el efecto contagio desencadenado por la catarsis de la sucesión de trágicos acontecimientos desarrollados en los últimos años, comenzando con las considerables secuelas de la pandemia del nuevo coronavirus y su lenta recuperación, pasando por la guerra en Ucrania y acabando, recientemente, con la crisis de confianza desatada en un sector que salpica a otras esferas y con el último capítulo escrito por Deutsche Bank, cuyo valor bursátil se acerca ahora a los mínimos de 2022, por encima de los 7 dólares.

Qué pasa con el Deutsche Bank

Esa caída de sus acciones al 15% provocó que también lo hicieran sus ratios de valoración. Es decir, la credibilidad que transmite. Concretamente hicieron un cuarto de valoración menos que hace tres semanas y es un 60% inferior a la media del sector bancario en Europa. Al mismo tiempo, también cayeron las permutas de incumplimiento crediticio (CDS), que indican lo que cuesta el seguro europeo que blinda los depósitos de los clientes si el banco entra en quiebra y se declara en situación de insolvencia.

Los expertos, aunque no se considera que esto constituya un síntoma de vulnerabilidad pero sí lo hayan interpretado así los mercados, señalan a la amortización anticipada de los bonos de nivel 2 como desencadenante. La mala reputación a causa de los problemas estructurales de funcionamiento que arrastra la entidad bancaria alemana, que cuenta con activos valorados en 1,5 billones de dólares, y que continúa sin solucionar desde la crisis del 2008 han hecho el resto.

Ahora, trabaja para mejorar su negocio de la banca tradicional, que registró en 2022 un beneficio de más de 6.450 millones de dólares, sin contar la rama de inversiones del banco. Sin embargo, se vuelve al problema de la confianza, no ya solo del Deutsche Bank, si no del sistema en general.

Un problema convertido en bola de nieve para los bancos: los clientes dudan de la fiabilidad o de que quiebra, aumentando el temor por la posible pérdida de unos ahorros, algo que no podrían soportar los bancos. En resumen, aunque no existe realmente nada preocupante, con el mejor ejemplo de que volvió a repuntar en Bolsa un 6% este lunes, la desinformación o mala reputación puede ser un problema igual o peor.

Los bancos centrales otean la posibilidad de imprimir dinero

Se antoja como una de las posibles soluciones, como antaño, como precisamente ocurrió en la crisis financiera de 2008. El rescate bancario, imprimiendo billetes, les otorga garantía y tranquilidad a los clientes, permitiendo a las entidades centralizar sus esfuerzos y recursos en solucionar sus problemas. Pero sigue existiendo el problema de la inflación, que echa para atrás la solución de crear billetes.

Así lo contempla la FED (el BCE estadounidense). Sin embargo, esto posee doble filo, ya que acaba resultando en un agravante de la crisis estructural del sistema y hasta moral, teniendo en cuenta que tendrán menos incentivos para gestionar el riesgo de forma eficaz o mejorar la gestión en general para las entidades que poseen un seguro de quiebra. 

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