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El mayor temor de un inquilino, hecho realidad: “mi casero había cerrado la puerta con un candado y dejado todas mis cosas en la calle”

Volvió de trabajar y se encontró todas sus cosas en la calle y la puerta cerrada con cancaneado. Su nuevo casero quería recuperar la casa saltándose la ley.

Una persona cerrando una puerta con un candado
Una persona cerrando una puerta con un candado |Canva
Lucía Rodríguez Ayala
Fecha de actualización:
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Uno de los peores miedos que tienen los inquilinos de vivienda es que el casero los ponga de ‘patitas en la calle’, y justo esto se hizo realidad en el caso de un inquilino francés que vivía junto a su hija adolescente en un piso alquilado. Volvió de trabajar y se encontró todas sus pertenencias esparcidas por la acera y la puerta de su casa cerrada con un candado. Ni había okupas ni le habían robado, era el nuevo casero, que decidió echarlo sin previo aviso, a pesar de que su contrato de alquiler seguía vigente.

El inquilino llevaba cuatro años viviendo en la misma casa, cumpliendo con su contrato y sus pagos. Según la información publicada en el medio francés ‘Figaro Inmobilier’ En 2022, los antiguos propietarios pusieron a la venta la vivienda. En Francia, al igual que ocurre en España, si se vende una casa alquilada con un contrato vigente no debería afectar a quien alquila. 

En este caso, el contrato seguía en vigor hasta abril de 2024, y la ley francesa, explican, es clara al respecto, el inquilino tiene derecho a quedarse hasta esa fecha. 

El nuevo casero sacó sus cosas de la casa y cerró la puerta con un candado

Cinco días después de que se formalizara la venta de la vivienda, fue cuando sufrió el golpe. Al volver a casa del trabajo, se encontró la puerta de casa destrozada, un candado bloqueando la entrada y todas sus cosas (ropa, electrodomésticos, recuerdos) tiradas en la calle. “La mitad de sus pertenencias ya habían desaparecido cuando regresó, probablemente robadas por transeúntes”, explica en el medio Laëtitia Gasq, perito legal que ha seguido el caso.

En un principio pensó que le habían robado o que la casa había sido asaltada por unos okupas. Cuando se puso en contacto con la policía y analizaron lo que había ocurrido, estos le explicaron que su desalojo no era legal.  

El nuevo propietario había “tomado posesión” de la vivienda, ignorando por completo los derechos del inquilino, por lo que esta historia terminó en los tribunales. El juez absolvió al propietario de robo por falta de pruebas, ya que fue imposible demostrar todos los objetos del inquilino que habían desaparecido, pero le condenó por desahucio ilegal.

Finalmente, tendrá que pagar una multa de 2.000 euros y 14.000 euros de indemnización (10.000 por daños materiales, 3.000 por daños morales y 1.000 por costas judiciales). Pero, de momento, el nuevo casero ha recurrido la sentencia, por lo que el inquilino no ha recibido la indemnización.