¿Qué diferencias hay entre deducción, reducción y desgravación en la Renta?

A pesar de su importancia para obtener el máximo beneficio económico en el resultado de la declaración de la Renta, los tres términos continúan sembrando duda en este ejercicio 2022.

¿Qué diferencias hay entre deducción, reducción y desgravación en la Renta?
Realización de la declaración de la Renta
Javier Martín

La Campaña de la Renta ya está en marcha. Desde el pasado 11 de abril, y hasta el próximo 30 de junio, los contribuyentes que estén obligados o recomendados a presentar la declaración rendirán cuentas con la Agencia Tributaria respecto al ejercicio económico de 2022. La palabra deducción, que puede significar que se tenga que pagar menos, o cobrar más -si el resultado es a devolver-, volverá a ser una de las protagonistas. 

Por tanto, no solo conocer, si no también entender determinados conceptos del borrador de Renta Web que hay que cumplimentar es altamente recomendable, ya que significará beneficio económico. Al igual que todo lo relacionado con las reducciones o desgravaciones. Qué significa cada término y qué diferencias existen entre ellos. ¿Son lo mismo? 

Para comenzar, una reducción es, como su propio nombre indica, una aminoración de la base imponible por una razón justificada recogida, permitida y amparada por la ley. ¿Y qué es la base imponible? La cantidad sobre la que se calcula el IRPF o el impuesto del que se trate. En este caso de la declaración de la Renta, el salario y el resto de ingresos que se hayan acreditado.

Las deducciones también significan el hecho de tener que pagar menos impuestos. Sin embargo, su momento y objetivo de aplicación es diferente. Así, se ejecutan sobre la cuota íntegra del IRPF, cuando una vez hecho, se obtendrá la cuota líquida del impuesto. También conocida como la cantidad neta, real, que habrá que pagar en la declaración de la Renta.

Declaración de la Renta: base líquida y base imponible

Para tratar de comprender correctamente las diferencias y semejanzas entre los tres términos, será necesario hacerlo primero con los conceptos de base líquida y base imponible y su relación con los mismos. La base imponible representa los ingresos obtenidos por una persona a lo largo de ese año económico. Dentro de la misma se aplican todas las rentas: sueldo, ganancias patrimoniales, ganancias en productos de ahorro como acciones…

A esa cantidad es a la que se aplica las reducciones o desgravaciones. Es decir, si, a modo de ejemplo, se dice que se desgrava o reduce esa cantidad, tan solo significa que se está restando de esa cantidad de la base imponible. Si la base imponible son 40.000 euros al año, y se tiene un plan de pensiones en el que se han aportado 2.000 euros en ese ejercicio fiscal, la base se quedará en 38.000.

La base líquida o liquidable, en cambio, es el resultado de quitarle un porcentaje a deducir a la cuantía de la base imponible las deducciones. Estas, entre las que podemos encontrar las de maternidad, familia numerosa, donaciones, vivienda habitual o cuotas profesionales, pueden variar según la comunidad autónoma o el contexto personal. Si se decide donar 400 euros en ese año, se estará en disposición de deducir el 80% de los mismos. En otras palabras, 160 euros.

Reducción, desgravación y deducción: ¿es lo mismo?

Básicamente, por tanto, en la reducción se resta la base imponible, mientras que en la deducción se descuenta la cantidad correspondiente de la cuota íntegra. Esto es, lo que hay que abonar después de conocer la base imponible. Las desgravaciones, por otro lado, representan la cantidad que se resta de la base imponible (los ingresos que declara el contribuyente), como las aportaciones a productos de ahorro provisional (planes de pensiones, planes de previsión asegurados, seguros de dependencia, etc.) y pensiones compensatorias y alimenticias.

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