¿Eres de los que se ducha con agua caliente incluso en verano? ¿O eres de los valientes que se atreven con el agua fría para luchar contra el calor? El enfermero Jorge Ángel (@enfermerojorgeangel) ha dado respuesta al clásico debate y ha explicado en redes sociales por qué la temperatura de tu ducha importa mucho más de lo que imaginas.
Según Jorge, el agua caliente "da más sensación de relajación y puede venir bien para las contracturas musculares", pero todo lo bueno tiene un pero. “Reseca mucho la piel y esto no es bueno para la dermatitis y además produce vasodilatación, lo cual puede aumentar las arañas vasculares y las varices”, advierte el sanitario.
En el lado opuesto está el agua fría, esa que a muchos les da pánico, pero que, según este enfermero, tiene más ventajas de las que crees: “Te da una mayor sensación de energía, puede venir bien también para la inflamación y además cierra los poros, conserva los aceites esenciales y va mejor para la piel”, enumera.
¿Cuál es la temperatura más adecuada para ducharse?
El placer inmediato de la ducha caliente tiene efectos secundarios invisibles, sobre todo para quienes sufren de dermatitis o de problemas de circulación, por lo tanto, siempre será mejor una ducha de agua fría. Sin embargo, hay épocas del año como el invierno en las que se hace muy difícil darse una ducha a una temperatura baja. Por este motivo, según explica Jorge Ángel, en ese caso “los expertos recomiendan que esté templada, entre 28 y 30º”.
Pero no solo la temperatura genera debate. Hay otra pregunta que no falla en cualquier conversación sobre higiene: ¿cada cuánto tiempo hay que ducharse? Aquí te contamos lo que dicen los expertos.