El Gobierno de España acelera para no retrasarse más en el compromiso del cumplimiento de la reforma de las pensiones adquirido con Bruselas. La Comisión Europea ya lleva apuntado más de un mes de retraso, por lo que José Luis Escrivá y su equipo se abren a incluir nuevas medidas que satisfagan a los distintos actores sociales y políticos, y sus peticiones, presentes en una negociación bloqueada, como ocurrió en la primera etapa de la reforma.
De su cumplimiento depende el reparto de los fondos económicos ‘Next Generation’, vitales para la recuperación económica. Así, además de la ampliación del periodo de años para el cálculo de las pensiones, el principal foco de conflicto, la “cuota de solidaridad” para los salarios más elevados, una mejora de las pensiones mínimas y combatir la lucha contra la brecha de género son otros de los puntos clave para que salga adelante y que deberá calibrar con mano derecha el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
De momento, las tiranteces son evidentes hasta en el propio seno del Ejecutivo, entre PSOE y Unidas Podemos. Al respecto, Yolanda Díaz indicó que el Gobierno legisla “avances de derechos”, lo que considera que no se alinea con el aumento del periodo de cómputo que lidera Escrivá. De telón de fondo, un año electoral que da otra vuelta de tuerca a la compleja negociación.
Mejorar las pensiones mínimas
Es la petición sindical de UGT y CCOO y que barema el ministerio de Escrivá desde hace meses. Además del compromiso adquirido de que las cuantías de las pensiones se revalorizan año a año según la inflación mediante el nuevo mecanismo de revalorización de pensiones, se reclama un estiramiento aún mayor hacia arriba de las más reducidas.
Algo que, reclaman, reduciría la brecha de género. Actualmente, tal y como indica el propio Gobierno, la pensión mínima para los pensionistas de 65 años o mayores se fija en 10.963,40 euros anuales y en 13.526,80 en el caso de jubilados con cónyuge a cargo.
Brecha de género en las pensiones
Es otro de los aspectos marcados en rojo en la mesa de la negociación: reducir la desigualdad en las pensiones recibidas entre hombres y mujeres. Los sindicatos reclaman mayor ambición que la propuesta del Gobierno con un aumento del complemento de maternidad y la mejora de cotización en periodos sin trabajar por cuidados.
UGT, por su parte, pidió el acceso a la pensión, rebajando de 15 a 12 años el mínimo de cotización exigido para recibir una pensión contributiva. “Colocamos el foco en tres materias: el sistema de integración de lagunas, la mejora del complemento de brecha de género o los periodos considerados cotizados en situaciones de excedencia” por cuidados, puntualizó Carlos Bravo, de CCOO.
Recarga a los sueldos altos
Además, del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), que viene a sustituir al factor de sostenibilidad, y que Bruselas ha pedido al Gobierno que lo extienda más allá de 2032 para asegurar la salud de la maltrecha hucha de las pensiones, el ministerio de Escrivá pretende incluir una “cuota de solidaridad” que asumirían los sueldos más altos. Actualmente, los salarios a partir de los 4.500 euros mensuales no cotizan en la Seguridad Social.
De esta manera, el Gobierno propone aumentar este 'tope' en los salarios un 30% de forma progresiva y un incremento de la pensión máxima del 30% que se ejecutaría a largo plazo, además de esa cuantía a abonar para los salarios que se encuentren fuera de la base máxima de cotización.
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