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En la Edad Media era habitual dormir dentro de armarios de madera: ¿por qué dejamos de hacerlo?

Desde la Edad Media hasta principios del siglo XX estuvieron los europeos durmiendo de esta forma, tanto campesinos como aristócratas.


Cama armario de la Edad Media
Cama armario de la Edad Media |Alamy
Antonio Montoya
Fecha de actualización:

Durante siglos, en muchas regiones de Europa, especialmente en Francia, Países Bajos y algunas zonas de Alemania y Escandinavia, era totalmente normal dormir dentro de armarios de madera cerrados, algo que hoy nos parecería absurdo o, incluso, claustrofóbico. A pesar de que ahora podamos pensar esto, en la época medieval era la forma más confortable y práctica de descansar.

Esta forma de dormir, conocida como "camas-closet" (box-bed en inglés o lit-clos en francés), fue practicada en gran parte de Europa desde la Edad Media hasta principios del siglo XX. Hoy parece una idea impensable porque da la sensación de incomodidad o de provocar claustrofobia, pero para nuestros ancestros era la forma más óptima de irse a dormir, tanto en escalas altas de la sociedad o la aristocracia, como entre campesinos y gente pobre.

Cómo eran las camas en armarios: características y beneficios

No fue una práctica aislada, sino que se extendió en el tiempo durante varios siglos y por diferentes países de Europa. Aunque en pleno siglo XXI esta práctica pueda resultar extravagante, en su día eran tan habituales las camas-armarios que se llegaron a desarrollar muchos modelos y formatos de la misma. A pesar de que había camas-caja más o menos elegantes y que podían variar los detalles, estos enseres eran ni más ni menos que eso: cajones con camas en su interior. Por ello tenían algunas características comunes:

  • La estructura era cerrada de madera, similar a un armario con puertas o cortinas.
  • Estaban colocadas en las paredes de casas y cabañas pequeñas, optimizando el espacio.
  • Se diseñaban para conservar el calor, especialmente en climas fríos.
  • Funcionaban como aislante del humo y el polvo, ya que muchas casas no tenían chimeneas o salida de aire.
  • Podían ofrecer mayor privacidad en hogares donde dormían varias personas en una misma habitación.

Además de presentar estas características comunes en la mayoría de casos, pensadas para mejorar el descanso de la época, las camas-caja buscaban tener estos beneficios por las circunstancias de la época, en la que por diferentes motivos a veces conciliar el sueño no era tarea fácil. Por ejemplo, en regiones frías, las casas no tenían buena calefacción y la cama-armario ayudaba a conservar el calor corporal.

En hogares campesinos o de clase media, varias personas compartían habitación por lo que tener algo de intimidad parecía imposible. Estas camas proporcionaban esa intimidad que de otra forma no podían tener. Su protección contra plagas, ratones e insectos también era muy importante, teniendo en cuenta que en la Edad Media abundaban.

Ahora ya no parecen tan extravagantes ni algo tan extraño, ¿verdad? Después de saber su función y el por qué, la pregunta es más bien, ¿por qué se dejaron de usar?

Por qué se dejaron de usar

Cuando el tiempo fue pasando, estas camas dejaron de ser populares y pasaron a ser objetos extraños dentro de las casas, aunque seguían siendo la mejor forma de dormir en muchos lugares. Sencillamente, las costumbres cambiaron a la vez que las necesidades humanas o la forma de calentarnos y resguardarnos del frío en casa.

Cambios en la arquitectura, la higiene y el estilo de vida hicieron también que este tipo de camas se dejaran de usar. Las camas armarios se usaban sobre todo en regiones frías o donde guardar calor en el hogar era difícil, es por eso que con la llegada de chimeneas más eficientes o calefacción central ya no era necesario dormir en un espacio cerrado para conservar la temperatura.

Por otra parte, los espacios cerrados favorecían la acumulación de polvo, humedad y malos olores, lo que podía causar problemas respiratorios, lo que provocó que una de las funciones principales de estas camas dejara de tener sentido. Se empezó a valorar más la ventilación y la circulación del aire en los dormitorios, especialmente con el auge de la medicina moderna en los siglos XVIII y XIX. Todo ello sumado a los cambios en la construcción de las casas y los cambios en los hábitos del sueño, hicieron que dejáramos de usar las camas-armarios.

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