Tan solo pocas semanas después de su viaje inaugural, que partió el pasado 18 de abril desde Málaga rumbo a Las Palmas de Gran Canaria, Alma Cruceros ha tenido que poner punto final a su operativa. La propiedad de su único buque, el Ocean Victory, ha rescindido el contrato de fletamento, es decir, del alquiler del barco, dejando a la naviera sin capacidad para continuar.
Según ha comunicado la compañía, esta decisión fue “unilateral e injusta”, lo que frustró los intentos de mantener el proyecto a flote. Alma Cruceros no descarta posibles acciones legales con las que pretende obtener compensaciones por los daños sufridos, que no solo afectan a la empresa, sino también “a clientes, proveedores y al propio proyecto”.
Retiraron el buque repentinamente
La situación se agravó cuando, según denuncia la naviera, los propietarios del Ocean Victory retiraron el buque de “forma sorpresiva” y lo trasladaron hacia aguas cercanas a Gibraltar, llevándose consigo los bienes y equipos que pertenecían a Alma Cruceros. La compañía lamenta que esta actuación se haya sido realizado sin previo aviso.
Previamente, ya habían anunciado una pausa temporal en su operativa debido a la imposibilidad de garantizar la calidad prometida a sus pasajeros. Entre los problemas mencionados, se encuentra el incumplimiento por parte de los proveedores encargados del servicio hotelero y de restauración a bordo, cuya falta de respuesta dejó a la empresa sin margen de maniobra.
Atienden a los afectados y buscan soluciones
Actualmente, la compañía está gestionando las reclamaciones de los afectados exclusivamente por correo electrónico. También trabaja con su equipo legal y aseguradoras para dar una respuesta ordenada a todas las personas y entidades perjudicadas.
En su despedida, Alma Cruceros ha agradecido la confianza y el apoyo recibido por parte de las agencias de viaje, instituciones, medios de comunicación, clientes y colaboradores. Asimismo, ha pedido respeto mientras concluyen este proceso con “máxima responsabilidad”.