La fiesta de Halloween también es conocida como la “noche de las brujas”. Es uno de los símbolos inconfundibles de la festividad, junto con el “truco o trato” o las famosas calabazas, asociándose con estas criaturas desde hace varios siglos. Pero, ¿de dónde viene esta relación? Como suele ocurrir, hay más mito que realidad, creándose una leyenda a lo largo de los años que ha llegado hasta la actualidad.
Según la leyenda, la noche del 31 de octubre la división del mundo de los vivos con el de los muertos dejaba de existir, creándose una unión entre ambos. Esto provocaba la visita de seres malignos y espíritus, creyéndose en la cultura popular que era el día en que las brujas aprovechaban para salir y hacer su magia porque contaban con más poder, además de que las convocaba el propio diablo.
En concreto salían a realizar su hechicería durante la “hora de las brujas”, que algunos estiman a la medianoche y otros a las 03.00 horas. También es conocida por muchos como la “hora del diablo”, un recurso que se ha utilizado en películas de terror y a la que se asocian fenómenos paranormales.
Se debe de tener en cuenta que el origen de Halloween nace de la cultura celta, con la celebración del Samhain, donde se celebraban ritos paganos y la mística cobraba un papel fundamental. De este modo, se realizaban distintos ritos a manos de brujos o brujas, lo que podría conocerse como curanderos o sacerdotes, comenzando ya a tomar vida esta figura mágica. Con la llamada “caza de las brujas”, que se produjo en Europa entre los siglos XV y XVIII, aumentó su asociación con el lado oscuro y su consecuente persecución, si bien la lucha contra la herejía ya venía de más lejos.
Conforme la fiesta de Halloween empezó a propagarse por todo el mundo, a la par que crecía su popularidad en la literatura y el cine, se comenzaron a utilizar las figuras de las brujas como un recurso más de promoción, en parte por esa herencia con la oscuridad o lo tenebroso que aún quedaba en la cultura popular. Los disfraces se creaban así pensando en que las brujas debían esconderse entre las sombras, para que nadie las identificara en la noche y pudieran hacer su magia. De ahí que se usen vestidos negros o capuchas.
¿Dónde se escondían las brujas en España?
España cuenta con varios pueblos repartidos por su geografía que fueron escenario de historias de brujería. Uno de ellos es Trasmoz, en Zaragoza, conocido por ser el único pueblo maldito y excomulgado oficialmente por la Iglesia.
Le siguen otros quizás más conocidos, como son Zugarramurdi (Pamplona) famoso por sus supuestos aquelarres y la película de Alex de la Iglesia “Las brujas de Zugarramurdi”; Soportújar (Granada) del que se cuenta que fue fundado por un aquelarre de brujas procedentes de Galicia que huían de la Inquisición; y Cernégula (Burgos), donde se encontraban aquelarres de Cantabria, Navarra y Castilla en los siglos XV y XVI. Localizaciones terroríficamente perfectas para pasar el puente de Halloween.
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