En la actualidad, se estima que faltan entre 14.000 y 20.000 transportistas en España. Un sector, que cada día pone en la carretera más de 8.000 camiones rumbo a Europa, sobrevive gracias a una generación de conductores que vive “al límite”.
Las condiciones laborales, lejos de mejorar, “cada vez son peores”: largas jornadas de trabajo sin horarios subidos al camión, lo que dificulta la conciliación familiar, presión constante y sueldos estancados. NoticiasTrabajo ha entrevistado a varios camioneros para tomarle el pulso a este sector que denuncia el abandono institucional y pide dignificar la profesión.
Las condiciones en las que trabajan los camioneros: “ni sábados, ni domingos, ni nada”
El principal problema del sector son las condiciones laborales que en muchos casos, tal y como señalan, “son inexistentes”. Denuncian que los trayectos que salen con destino a Europa pueden llevar hasta una semana de ida y vuelta, por lo que “se hace la vida en el camión”, lo que se traduce en largas jornadas fuera de casa.
Otro de los puntos que destacan es la presión por parte de sus superiores para que la mercancía llegue a punto y a la hora. “Vas con la hora pegada y tienes que correr. Tu jefe quiere que cargues la mercancía rápido y el que la espera, la quiere ya”, denuncia uno de los camioneros. “Por eso, no tenemos condiciones, porque no tenemos ni sábados, ni domingos, ni festivos, ni nada”, lamenta.
“Nos tratan como un perro. Nos hacen esperar horas y horas para cargar o descargar. No tenemos vida”
Así, piden tomar medidas para “dignificar la profesión” a través de la minoración en el tiempo de las operaciones de carga y descarga y una subida de salarios real. “Yo lo que quiero es que mi trabajo valga dinero”, reclama otro compañero.
Una profesión sin relevo generacional
Como consecuencia, el relevo generacional no llega a este sector. “¿Quién se va a levantar a deshora, va a trabajar un fin de semana por un sueldo de 2.000 euros, cuando puede ganar lo mismo en cualquier cooperativa o almacén?”, advierten. “Aunque ganen menos, prefieren estar con un ‘sueldecillo’ de 1.200 euros, antes que estar aquí tirados en la carretera”, añade otro de ellos, que lamenta que los jóvenes de hoy en día den la espalda a este oficio.
Sin embargo, advierten que el problema no está solo en las empresas, sino “más arriba, en el Ministerio de Transportes”. Señalan que debería poner soluciones y que, si no lo hace, podría haber “graves consecuencias para todos y los más perjudicados vamos a ser nosotros”, sentencian.
