Teletrabajar en algunos sectores en un futuro cercano puede que no sea una buena idea, según un estudio de la Universidad de Stanford. Los investigadores han analizado los datos de más de 200 millones de empleos en Estados Unidos y han encontrado que los que se pueden hacer de forma remota son los más susceptibles de ser automatizados por la inteligencia artificial (IA). Sin embargo, no quiere decir que se vaya a producir ni que sea una rendimiento más eficiente.
El estudio, publicado en la revista ‘Nature Human Behaviour’, muestra que los trabajos remotos tienen un 50% más de probabilidades de ser reemplazados por la IA que los presenciales. Esto se debe a que los trabajos remotos suelen requerir menos habilidades sociales, creativas y de gestión, que son las más difíciles de imitar por la IA.
Los autores del estudio advierten de que el trabajo remoto, que se ha extendido mucho debido a la pandemia de Covid-19, puede tener consecuencias negativas para el futuro laboral de millones de personas. Según sus estimaciones, el 42% de los empleos en Estados Unidos se pueden hacer desde casa, lo que supone un riesgo potencial de automatización.
La futura batalla laboral entre trabajadores contra la Inteligencia Artificial
Los investigadores recomiendan a los trabajadores remotos que busquen formas de mejorar sus habilidades y de demostrar su valor añadido frente a la IA. También sugieren a los empleadores que ofrezcan oportunidades de formación y desarrollo a sus empleados remotos, así como incentivos para fomentar la colaboración y la innovación.
El trabajo remoto puede tener ventajas para la productividad, el bienestar y el medio ambiente, pero también implica desafíos y riesgos. La Universidad de Stanford avisa de que el trabajo remoto será el más fácil de reemplazar con IA, por lo que es necesario adaptarse y prepararse para el futuro.
¿Por qué el trabajo remoto es más vulnerable a la IA?
El estudio se basa en una metodología llamada ONET, que clasifica los empleos según el nivel de conocimiento, habilidades y capacidades que requieren. Los investigadores han utilizado esta información para calcular el grado de automatización potencial de cada empleo, teniendo en cuenta el avance actual y esperado de la IA.
Los resultados muestran que los empleos que se pueden hacer desde casa tienen un nivel medio de automatización del 76%, mientras que los que requieren presencia física tienen un nivel medio del 51%. Esto significa que hay una gran diferencia entre los tipos de empleos que se pueden hacer en cada modalidad.
Los trabajos remotos suelen ser más rutinarios, analíticos y basados en información, lo que facilita su sustitución por algoritmos y sistemas inteligentes. Por ejemplo, algunos empleos típicamente remotos son los de contabilidad, programación, traducción o atención al cliente.
Los trabajos presenciales suelen implicar más interacción humana, creatividad y liderazgo, lo que dificulta su reemplazo por máquinas. Por ejemplo, algunos empleos típicamente presenciales son los de educación, salud, arte o ingeniería.
Esto no quiere decir que todos los trabajos remotos vayan a desaparecer o que todos los trabajos presenciales vayan a perdurar. Hay excepciones y matices en ambos casos. Lo que sí indica el estudio es que hay una tendencia generalizada a favor de los trabajos presenciales en términos de resistencia a la IA.
¿Qué consecuencias tiene el trabajo remoto para el futuro laboral?
El estudio alerta de que el trabajo remoto puede tener efectos negativos para el mercado laboral y la economía en general. Algunas de estas consecuencias son:
- Menor crecimiento económico: reduce la demanda agregada de bienes y servicios, lo que afecta al crecimiento del producto interior bruto (PIB). Además, el trabajo remoto disminuye la innovación y la productividad, ya que se pierden oportunidades de aprendizaje e intercambio de ideas entre los trabajadores.
- Mayor desigualdad social: aumenta la brecha entre los trabajadores con altas y bajas cualificaciones, ya que los primeros tienen más opciones de adaptarse al cambio tecnológico y acceder a mejores condiciones laborales. También aumenta la brecha entre las zonas urbanas y rurales, ya que las primeras concentran más empleos presenciales y más infraestructuras y servicios.
- Mayor precariedad laboral: facilita la externalización y la subcontratación de los empleos, lo que reduce la seguridad y la estabilidad de los trabajadores. También facilita el control y la vigilancia de los empleados por parte de los empleadores, lo que puede afectar a la privacidad y la autonomía de los trabajadores.
- Mayor estrés y aislamiento: puede generar problemas de salud mental y física en los trabajadores, como ansiedad, depresión, insomnio o dolores musculares. También puede provocar una menor satisfacción y compromiso con el trabajo, así como una menor cohesión y confianza entre los compañeros.
Recomendaciones para mejorar la implantación del teletrabajo
Desde la Universidad de Stanford no se pretende desanimar o desalentar el teletrabajo, sino ofrecer una visión realista y crítica de sus ventajas y desventajas. Los investigadores reconocen que el trabajo remoto puede tener beneficios para la flexibilidad, la conciliación y la sostenibilidad, siempre que se haga de forma adecuada y equilibrada.
Para ello, proponen una serie de recomendaciones para los trabajadores y las empresas que quieran mejorar el trabajo remoto y reducir su vulnerabilidad a la IA.
Trabajadores:
- Desarrollar habilidades sociales, creativas y de gestión, que son las más valoradas y demandadas en el mercado laboral actual y futuro. Estas habilidades se pueden adquirir mediante cursos, libros, podcasts o mentorías, entre otros recursos.
- Demostrar el valor añadido que aportan al trabajo, más allá de las tareas rutinarias o repetitivas. Esto se puede hacer mediante la generación de ideas, la resolución de problemas, la comunicación efectiva o la colaboración con otros.
- Buscar un equilibrio entre el trabajo remoto y el presencial, que permita aprovechar lo mejor de cada modalidad. Esto se puede lograr mediante un acuerdo con el empleador que establezca los días, horarios y condiciones del trabajo remoto.
- Cuidar la salud física y mental, evitando el sedentarismo, la sobrecarga o el aislamiento. Esto se puede conseguir mediante la práctica de ejercicio, la alimentación saludable, el descanso adecuado o el apoyo social.
Empresas:
- Ofrecer oportunidades de formación y desarrollo a los empleados remotos, que les permitan actualizar sus conocimientos y habilidades. Esto se puede hacer mediante plataformas online, webinars, cursos o certificaciones.
- Ofrecer incentivos para fomentar la colaboración y la innovación entre los empleados remotos
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