El hotel con el 100% de su plantilla indefinida: otro modelo de hostelería es posible

El Hotel Valle del Este Golf Spa, situado en Vera, mantiene al 100% de su plantilla con un contrato indefinido: así es como lo consiguen.

Esperanza Murcia

Los sectores de Hostelería y Turismo son los más afectados por la estacionalidad. Sectores donde priman los contratos temporales o, en su defecto, los fijos discontinuos. En este escenario, llama la atención el Hotel Valle del Este, situado en Vera (Almería), que recientemente ha sido galardonado con el premio 'Buenas Prácticas en Materia de Empleo Turístico' en Andalucía por, especialmente, una razón que no pasa desapercibida: el 100% de su plantilla es indefinida.

Actualmente, en pleno agosto, un mes clave en la temporada de verano donde siempre se refuerza la plantilla, de sus 97 trabajadores, 93 tienen un contrato indefinido. Es decir, un 95,87% son fijos, un porcentaje muy alejado de la realidad hostelera. ¿Cómo consiguen mantenerse? ¿Acaso es posible otro modelo de explotación? Su presidente, Pedro Lope, en una entrevista a ‘Noticiastrabajo’, ha dado las claves de su negocio. 

Pedro Lope, presidente de Valle del Este
Pedro Lope, presidente de Valle del Este | Noticiastrabajo

Valle del Este, superviviente de las crisis más importantes de los últimos años

Es importante remontarse a los inicios del Hotel Valle del Este, porque han conseguido sobrevivir no solo a la crisis inmobiliaria de 2008, sino también a la pandemia y, más recientemente, a la inflación y la subida de los tipos de interés, que afecta irremediablemente al consumo. 

En un principio, el grupo estaba dividido en varias sociedades, surgiendo Valle del Este de la iniciativa de tres empresas inmobiliarias en el 2000. Aunque ya tenían previsto ejecutar un proyecto en Islantilla (Huelva), conocieron Vera por propuesta de uno de los socios. Les acabó gustando y diseñaron aquí también un proyecto: crear una urbanización de 100 viviendas, campo de golf, hotel y un centro comercial para dar servicio a los residentes que pudieran vivir en Valle del Este. 

Era un proyecto residual, de los muchos que se realizaban en aquella época y de carácter inmobiliario. Fueron transcurriendo los años y, detalla Lope, “la explotación no fue económicamente brillante”. Los socios tuvieron que tirar de sus ahorros para compensar pérdidas, llegó la crisis inmobiliaria y las empresas fundadoras comenzaron a tener muchos problemas. Ante esto, tomó una decisión: “Yo vivía aquí, el único de los 8 consejeros, y decidí comprar todo el complejo y cambiar la forma de explotación”. 

La compra de las distintas sociedades se ejecutó en noviembre de 2014. A partir de ahí, empezó a gestionarlas desde su propia visión: “Fueron años muy duros, nos pillaron los coletazos finales de la crisis, luego tuvimos épocas buenas y luego ya seguimos de crisis en crisis, de la pandemia, los tipos de interés, la bajada del consumo por la inflación… Y aquí seguimos luchando”. 

“Yo vivía aquí, sabía el día a día y cómo estaba evolucionando la sociedad de alguna manera. Sabíamos a donde queríamos llegar, lo que no sabía es lo que nos iba a costar. La verdad es que las cosas han ido bastante mejor de lo que pensábamos. Cuando yo me quedo con este negocio, nadie lo quería. Amigos míos me decían que era un suicida, que me iba a hundir”. Y vuelve a recordar el trabajo en equipo: “Tuve ayuda de muy buena gente que se involucró en el proyecto. Esto es el trabajo de mucha gente”.

Claves del Hotel Valle del Este: ¿cómo consiguen salir adelante?

“El proyecto inicialmente era bueno. El campo de golf está bien diseñado y el hotel bien ejecutado. Tenemos Vera, buen clima, buena gastronomía, creemos en esta comarca. Una vez que tenemos la idea, es dar con un buen equipo gestor, que se implique, que lo vean como suyo, y a partir de ahí el éxito es prácticamente asegurado”, comienza explicando Lope.

Un punto importante es que el complejo debía plantearse como una actividad para todo el año: “No podemos ir a un turismo de playa y sol porque estamos a 6 km de la playa y los que quieran eso no van a venir aquí, sino a la zona costera. Lo que nosotros de alguna manera queríamos era singularizar nuestra posición, buscar un determinado cliente”. Algo con lo que les ha ayudado el campo de golf.

Campo de Golf Valle del Este
Hotel Valle del Este | Valle del Este

La época más demandada por los golfistas no nacionales es la primavera y el otoño. En esas temporadas, prácticamente llenan el campo de golf y el hotel, por lo que ya se aseguran esos meses y el verano, donde les va bien por el entorno en el que se encuentran: “Nosotros, de alguna manera, tenemos dos o tres meses malos al año. Te puedes plantear cerrar durante los mismos pero, si lo haces, de alguna manera perjudicamos a la urbanización, que está viviendo aquí, porque pierde la oportunidad de ir a los distintos servicios que presta el hotel”.

Y, recuerda, están también los trabajadores: “Sí, puedes hacer fijos discontinuos, pero no es lo mismo decirle a un trabajador que tiene un trabajo de 12 meses a que tiene uno de 6 o 9 meses”. Lope lo tiene claro: “Si podemos, no es una decisión, debemos estar abiertos todo el año. El siguiente paso es tener a los mejores trabajadores de la zona”. 

Sobre este punto, confiesa que no es fácil dar con gente preparada, por ello, cuando la encuentran, no quieren dejarla escapar: “Cuando encontramos a esta gente, preparada y que entiende la filosofía del grupo empresarial, que tú crees que vas a estar satisfecha con el trabajo, es una persona que quieres que se quede hasta que se jubile. No quieres buscar más. ¿Para qué buscar a una persona mejor si ya la tienes?”.

Es cierto que en verano hay más demanda, y lo van solucionando con personas que vuelven año a año, pero la mayor parte de la plantilla trabaja los 12 meses. En los periodos de menor actividad, donde muchos cerrarían, aprovechan para dar vacaciones o simplemente asumen pérdidas: “Hay meses que asumimos pérdidas porque garantizamos que cuando vengan temporadas de más actividad, el personal va a estar contento”

¿Qué trabajadores buscan en el Hotel Valle del Este?

Hay distintos puestos de trabajo: cocineros, camareros, camareras de pisos, mantenimiento… Y lo primero que piden es que sean buenas personas: “Una vez que cumplen esto, si tienen experiencia mejor, pero si no la tienen, se la damos. Nosotros lo que buscamos cuando se queda libre un hueco, digamos de un nivel más alto, es subir. Que los trabajadores vayan subiendo”. 

Cuenta el caso, por ejemplo, de Emiliano. Comenzó de camarero pero no se encontraba cómodo en esta posición y pidió estar en Caddy, siendo ahora Caddy Master: “No hubo ningún problema, se le enseñó y aprendió”. También es el caso de Miguel, que comenzó como becario, estuvo tiempo después formándose y, al finalizar sus estudios, volvió a la empresa, siendo ahora encargado de recepción. Ejemplos humanos que responden a una de las políticas de gestión del hotel: “Si se quedan huecos no hay que traerlos de fuera, sino promocionar”

Algo que, reconoce, también responde a la situación de Vera: “Es difícil traer profesionales aquí. Tampoco podemos dar los sueldos que pueden recibir en Alicante, por ejemplo, o en la costa del Sol, donde se generan más rendimientos económicos”. Por eso, es muy importante la retención del talento. Aunque, ahora, también se han propuesto crearlo: 

“Estamos intentando poner en marcha una escuela de formación de camareros, jardineros y camareras de piso con la Junta de Andalucía. Dar cursos de 4 meses [gratuitos para los solicitantes] garantizándoles un puesto de 6 meses en la empresa para, de alguna manera, motivar a los habitantes que vivan aquí a que se formen. Si hay gente que quiere formarse, tenemos que darle la oportunidad. Y eso es lo que vamos a intentar y estamos negociando para ponerlo en marcha el año que viene”.

Más contratación indefinida, ¿supone menos empleo?

Apostar por la contratación indefinida, implica menos rotación. ¿Significa esto que se crean menos puestos de trabajo? Lope explica cómo lo ve: “Los puestos de trabajo son los que son. Tiene que haber X camareros, X comerciales… El número de personas es el mismo. Esta política lo que significa es que no hay mucha sustitución de trabajadores”.

Sin la sustitución de trabajadores, publican menos ofertas de trabajo, pero aseguran que los puestos creados son de mayor calidad: “Nosotros recogemos currículums, tenemos jubilaciones. Y es cierto que no estamos demasiado abiertos a la gente de fuera, pero aquí la gente puede hacer carrera. Siempre le daremos prioridad al interno”.

Asegura que no les preocupa que esto tenga un coste: “Aunque cueste más dinero mantener a un trabajador durante muchos años, la rotación es muy pequeña, pero al final lo que intentamos es seguir siendo una familia”. 

Sabe, también, que este modelo no sería posible en otro lugar. Ni en una cadena hotelera: “Las cadenas no tienen alma. Aquí si una persona tiene un problema puede hablarlo, que se lo intentaremos solucionar. Yo si tuviera un hotel en Benidorm, no podría implantar una idea mía, no sé lo que pasa, no estoy allí”. 

Conciliación o vacaciones no son un problema, sino un derecho

Pedro Lope vuelve a recalcar la importancia de que sus trabajadores estén contentos. Algo que, explica, es en realidad “egoísta”: cuanto más satisfechos se encuentren, mejor rendirán. Ahí entra la conciliación: “Si un trabajador necesita una conciliación, se la damos. Si queremos que el trabajador transmita alegría al cliente, tiene que estar contento, hay que ayudarle. Lo hacemos por necesidad y porque queremos hacerlo”.

Hay otras medidas, que son un derecho, y, por tanto, se deben respetar, que también garantizan a sus empleados: respetan “a rajatabla” los dos días de descanso semanales del trabajador y, si por ejemplo, libran sábado y domingo, intentan darles el lunes y martes para que puedan juntar hasta 4 días “y venir con las pilas cargadas”. En el caso de los departamentos donde se puede aplicar (administrativos, recursos humanos…) también permiten acogerse al teletrabajo siempre que lo necesiten.

Apuestan igualmente por la formación, agotando todos los cursos disponibles que, como marca la ley, siempre se hacen en horario laboral. Tema vacaciones, de las 4 semanas que tienen todos sus trabajadores, tres siempre las pueden elegir los empleados. La empresa les facilita una serie de periodos y ellos mismos eligen las fechas. “¿Qué voy a decir yo cuándo se tiene que ir alguien de vacaciones? Que se organicen ellos”. 

Su plantilla también puede disfrutar de comedor totalmente gratuito. Dentro de sus 8 horas de trabajo, les permiten durante 30 minutos comer prácticamente a la carta sin ningún coste. Así, entre el 75 y 80% de sus trabajadores desayuna o come ahí. Además, tienen descuentos en empresas de la comarca (asesorías, seguros, fisioterapeutas, dentistas…). 

Le preguntamos, también, por cómo afrontan las olas de calor, teniendo trabajadores expuestos, como son los de mantenimiento del campo de golf: “Vienen a trabajar antes, empezando a trabajar de noche. Terminan sobre las 13:30 o 14, dependiendo del día. Y a esa hora ya hace calor, pero de las 8 horas, tienen malas dos. Adelantar horario es el cambio principal, y nos gustaría hacerlo más pero el ruido puede molestar a los clientes. Cuando se anuncian olas de calor, se deja que se vayan antes. Otras veces vienen por las tardes, pero la norma es adelantar el periodo de actividad a periodos nocturnos”.

Un 67% de mujeres en cargos directivos

Lope cuenta que no son ajenos a lo que está marcando la sociedad en estos momentos, pero al mismo tiempo defiende que el trabajo tiene que desempeñarlo la mejor persona disponible para hacerlo y, en su caso, las personas que estaban mejor preparadas para esos puestos eran mujeres. “No es una política de empresa, ha sido por méritos propios. No nos preocupa el tema de permisos o de conciliación, un hombre y una mujer son exactamente iguales. Quien mejor lo haga, será para él o ella el puesto”. 

Objetivos futuros: ¿cuál es la próxima meta?

Vera no es un destino turístico de primer nivel, para Lope queda mucho por hacer, y su mayor dificultad es esta. Para quitar este hándicap, explica que tienen que poner más de moda este lugar, hacer más instalaciones para que venga gente de recursos económicos de mayor nivel e invertir en la zona. Por ello, quieren expandir Valle del Este, intentando construir un segundo campo de golf.

Mientras tanto, reconoce que el premio le ha llegado por sorpresa, y que la forma de gestionar su hotel es, para él, egoísta (y “de sentido común”): “Es egoísmo, si yo quiero un trabajador esté conmigo, porque es bueno, le tengo que facilitar la vida”

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