Eurostat felicita a España por la inflación pero manda deberes laborales

La oficina estadística europea coloca a España como el país que mejor ha combatido la inflación (2,4% en agosto) pero que peor lo hace con el paro. Contó con un 11,6% de la población activa en paro en julio de 2023.

cola de desempleados en la oficina del SEPE
Eurostat da un tirón de orejas a España por su alto desempleo aunque alaba cómo afronta la inflación EFE
Javier Martín

Eurostat, la oficina estadística de la Unión Europea, ha publicado recientemente los datos de inflación y desempleo de los países miembros. Los resultados muestran que España es el país con menor inflación de la zona euro, pero también el que tiene mayor tasa de paro. Una doble lectura para el Gobierno en funciones y tareas para las formaciones que consigan los apoyos políticos suficientes para formar Gobierno. ¿Qué implicaciones tiene esta situación para la economía española y para los ciudadanos?

La inflación es el aumento generalizado de los precios de los bienes y servicios que consumimos. Una inflación baja o moderada puede ser beneficiosa, ya que favorece el poder adquisitivo de los consumidores, estimula el consumo y la inversión, y mejora la competitividad de las exportaciones. Sin embargo, una inflación demasiado baja o negativa (deflación) puede ser perjudicial, ya que indica una falta de demanda, reduce los beneficios de las empresas, dificulta el pago de las deudas y genera expectativas pesimistas.

El desempleo es la situación en la que se encuentran las personas que quieren trabajar y no encuentran un puesto de trabajo. El desempleo tiene efectos negativos tanto para los individuos como para la sociedad. Los desempleados pierden ingresos, habilidades y autoestima, y pueden sufrir problemas de salud física y mental. La sociedad pierde producción, recaudación fiscal y cohesión social, y tiene que hacer frente a mayores gastos en prestaciones sociales.

Por qué 'echa la bronca' Eurostat a España en materia de desempleo

Según Eurostat, la inflación en España fue del 2,4% en agosto de 2023, la más baja de los países que componen la eurozona. El dato adelantado de agosto se sitúa en el 6,4%; en Francia, en el 5,7%; en Italia, en el 5,5% y en Portugal, en el 5,3%. Además, la media de la zona euro fue del 5,3%, aún por encima del objetivo del Banco Central Europeo (BCE) del 2%. 

La inflación española lleva varios meses en terreno negativo, debido principalmente a la caída de los precios de la energía y a la debilidad de la demanda interna. Sin embargo, la resistencia de la inflación continental suma presión a la próxima reunión del BCE donde se valorará otra subida de tipos. De ello dependerá el avance de la inflación subyacente, que al excluir elementos volátiles suele ser la tasa sobre la que se toman decisiones. Esta bajó del 6,6% al 6,2% en agosto.

Por otro lado, el desempleo en España contó con un porcentaje del 11,6% de la población activa en paro en julio de 2023, el más alto de la zona euro. Supera así a Italia (7,6%), Francia (7,4%), Finlandia (7,1%), Alemania (2,9%) o Portugal (6,3%). La media de la zona euro fue del 6,4%, muy por debajo del nivel previo a la pandemia del coronavirus. El desempleo español se ha reducido desde el máximo histórico del 27,2% que alcanzó en abril de 2020, pero sigue siendo muy elevado en comparación con otros países europeos.

La combinación de baja inflación y alto desempleo supone un reto para la política económica española. Por un lado, implica que el país tiene un problema de demanda agregada insuficiente, que se podría solucionar con medidas expansivas de política fiscal (aumento del gasto público o reducción de los impuestos) o monetaria (bajada de los tipos de interés o compra de activos por parte del BCE). 

Por otro lado, implica que el país tiene un problema de oferta estructural, que se podría solucionar con reformas estructurales que mejoren la productividad, la competitividad y la flexibilidad del mercado laboral.

En definitiva, España enfrenta un escenario económico complejo, que requiere una combinación adecuada de políticas macroeconómicas y microeconómicas para superarla, como apunta Eurostat, el Instituto Nacional de Estadística Europeo. El objetivo debe ser lograr un crecimiento sostenible e inclusivo, que permita reducir el desempleo y aumentar el bienestar de la población.

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