La maternidad continúa siendo en España un punto de fricción entre los derechos laborales reconocidos en la legislación y su aplicación real en las empresas. Aunque la ley garantiza medidas como la reducción de jornada para el cuidado de los hijos, la realidad revela que muchas trabajadoras encuentran obstáculos en su aplicación y, en ocasiones, sufren represalias profesionales.
Ahora, la creadora de contenido Cristina Soler, conocida en redes sociales como @condobleyema, ha hecho público un testimonio en el que denuncia haber sufrido discriminación laboral tras convertirse en madre. En un vídeo difundido en sus redes sociales, asegura que fue despedida después de solicitar una reducción de jornada para cuidar de sus mellizos de seis meses.
“Necesitaba salir antes para cuidar de mis hijos”
“A mí me echaron de mi trabajo cuando me convertí en madre”, afirma Soler. Según relata, la empresa puso “mil pegas” a la reducción de jornada intensiva que solicitó para poder conciliar, pese a que otra compañera del mismo departamento sí disponía de ese derecho. “Me obligaban a partir la jornada cuando yo lo que necesitaba era salir antes del trabajo para cuidar de mis hijos”, añade.
Cristina trabajaba en el área de comunicación, pero tras reincorporarse de la baja maternal fue apartada de sus funciones: “Me pusieron a picar Excel como si mi experiencia no sirviera de nada”, explica. La situación coincidió con la pandemia y el teletrabajo, lo que, según su testimonio, hizo aún más difícil la conciliación con dos bebés a su cargo.
Finalmente, logró que le reconocieran el derecho, pero solo tras suplicar a la empresa: “Lo conseguí porque les lloré explicando que no podía dejar a dos bebés tan pequeños solos tantas horas, sin apoyo”, relata. Este tipo de situaciones son frecuentes en la práctica, por ello se recomienda conocer bien el procedimiento legal sobre cómo solicitar la conciliación laboral en la empresa.
“Me despidieron aun teniendo reducción de jornada”
Tres meses después, asegura, se produjo su despido junto al de otras 19 mujeres, varias de ellas con reducción de jornada o en excedencia por cuidado de menores. “Y luego hablan de que hay igualdad en las empresas”, denuncia. Según su versión, la empresa argumentó que su área desaparecía, lo que permitió cesarla a pesar de contar con reducción de jornada.
“Meses después descubrí la verdad: estaban preparando un despido colectivo de 20 mujeres, 4 de nosotras con reducción o excedencia por cuidado de hijos”.
En España, no obstante, el Estatuto de los Trabajadores establece en su artículo 55 que si el motivo real del despido es haberse quedado embarazada o haber solicitado derechos como la reducción de jornada por maternidad, este puede ser declarado nulo, tal y como explicamos en este artículo.
En la publicación que acompaña el vídeo, Soler explica que, aunque en aquel momento sintió “frustración, inseguridad y una discriminación absoluta por ser mujer y madre”, hoy percibe la experiencia de forma distinta: “Gracias a que me echaron pude reinventarme, buscar otro camino donde de verdad valoraran mi trabajo y sacar a la luz mi valía”. “La pregunta sigue siendo: ¿qué está pasando en este país para que ser madre siga suponiendo esto?”, concluye Soler.
Otras trabajadoras afirman haber vivido lo mismo
La revelación de Cristina sobre el despido ha generado una amplia respuesta en redes sociales. Muchos mensajes respaldaron su denuncia y apuntaron a las dificultades para conciliar en España. Algunos señalaron directamente a las instituciones, subrayando que “la culpa no la tienen solo las empresas, sino un Gobierno que no facilita que estas apoyen a las familias”.
Otros cuestionaron el alcance del derecho, recordando que “la reducción de jornada no equivale a diseñar un horario a medida” y advirtiendo de la complejidad de organizar turnos en determinados sectores. También algunos pusieron el foco en el trasfondo de género: “el problema es que todo el cuidado de los hijos recae sobre las mujeres”.
Decenas de usuarias compartieron vivencias en primera persona. Una contó que se reincorporó a su empleo un lunes y el jueves ya estaba en la calle, otra relató cómo fue despedida con ocho meses de embarazo, y hubo quien explicó que, tras siete años en la misma empresa, perdió su puesto en cuanto pidió una reducción.
También aparecieron testimonios de madres que, aunque lograron que el despido fuera declarado nulo en los tribunales, reconocían el desgaste emocional y económico que supuso el proceso. Incluso algunos padres intervinieron en la conversación para denunciar que, en sus casos, pedir reducción de jornada o ejercer el permiso de paternidad también se tradujo en represalias.
