8 señales claras de que tienes que cambiar de trabajo

Una orientadora laboral comparte en LinkedIn las 8 pistas que nos indican que es momento de cambiar de trabajo.

trabajadora aburrida y cansada en su puesto
8 señales de que debes cambiar de trabajo: ¿es tu caso? Envato
Esperanza Murcia

Muchos trabajadores no se encuentran bien en su puesto de trabajo. No les gusta, no se sienten realizados, no se sienten apoyados… Pueden ser muchas las razones. También puede ser el caso de que, aunque no sea 100% lo suyo, se sientan acomodados y no vean que es tiempo de cambio. Pero, ¿cómo saberlo? 

La coach y mentora de reinvención profesional experta en empleo y marca personal, Mayte García, ha recopilado en su perfil de LinkedIn las señales que más se repiten y que pueden dar una pista de que es el momento de tomar la decisión y cambiar de trabajo. Estas no solo pueden producirse en relaciones laborales largas, sino también en cortas, incluso cuando solo se lleva una semana trabajando en un proyecto.

Las 8 señales de que ha llegado el momento de cambiar de trabajo

A través de su perfil de LinkedIn, esta orientadora laboral enumera algunas de las pistas que avisan de que es momento de buscar otro trabajo que se ajuste más a nuestras necesidades e intereses.

  1. Desvinculación con la cultura de la empresa. Cuando sientes que no tienes nada en común con la compañía ni con sus valores, misión, visión u objetivos. Ya sea por cambios dentro de la organización con los que no nos identificamos o porque la imagen que daban de cara al exterior no se corresponde con la real que se ha conocido desde dentro.
  2. Sentirse fuera de lugar. Cuando no se tiene nada en común con el equipo y no hay ningún punto de conexión, eludiendo incluso reuniones o cualquier encuentro social con los compañeros de trabajo.
  3. Aburrirse con lo que se hace. Cuando no se encuentra interés o motivación por las tareas que se realizan, y no se siente un enriquecimiento o aprendizaje profesional.
  4. Cuando no hay proyección ni posibilidad de cambio o mejora. Sentirse estancado y que se ha tocado techo y no hay opción de seguir creciendo.
  5. Cansancio extremo y desidia. Cuando se va al puesto sin ninguna ilusión ni energía, los días se hacen largo y pesados y vamos arrastrando un día con otro, siempre esperando que toque librar. 
  6. Cuando todo nos parece mal. Mal humor, enfado, estado de irritabilidad…
  7. Cuando nos ponemos malos más de lo habitual, experimentando dolores de cabeza, musculares, catarros, problemas digestivos… de forma más recurrente.
  8. Cuando nos hacemos constantemente la pregunta “¿qué hago yo aquí?”.

Sobre esta última pregunta, en el momento en que dejamos de preguntárnosla en voz baja y pasamos a hacerlo en alto, es momento de pasar a la acción. Si finalmente tomas la decisión, no olvides que a la hora de presentar tu renuncia o despido voluntario es necesario cumplir con un preaviso, que puede varían en función del convenio colectivo (por lo general, suele ser de 15 días). Además, conviene notificarlo por escrito y hablarlo personalmente con los responsables.

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