¿Para qué partirse la espalda si, a final de mes, lo que se gana apenas da para sobrevivir? Eso mismo se preguntó este carpintero cuando decidió dejar de ser autónomo y buscarse un trabajo con el que pasar a ser asalariado. Cuando le preguntan por qué decidió dejar de ser autónomo, este hombre lo tiene claro: “Primero porque salía casi tan caro mantener el alta de la cuota de autónomos que trabajar…, había un margen de beneficio tan bajo. Es triste, pero es así”, explica el carpintero en una reciente entrevista del canal Balio en TikTok (@balio.app).
Pero la cosa no termina ahí, para dar más realidad al asunto y que la gente entienda bien por qué no le salía a cuenta ser autónomo siendo carpintero, habla de su sueldo. El hombre declara que un carpintero tiene un sueldo que ronda “los 1.000 o 1.200, como mucho, de media”. Es decir, unos 1.100 euros de media gana un carpintero al mes, prácticamente el salario mínimo.
¿Y eso antes o después de pagar materiales, impuestos y gasolina? Pues ahí está el drama: “Los materiales han subido como el doble, o hasta el triple, de lo que costaban meses atrás”. Si subes los precios, los clientes desaparecen, explica. Un círculo vicioso que hace que muchos se lo piensen dos veces antes de emprender por su cuenta.
El golpe de la inflación tampoco ayuda. “Se nota muchísimo, sobre todo en el precio de los materiales”, insiste. Y lo de la gasolina ni hablemos: “Al subir el coste del transporte, también sube el de los materiales”. ¿Resultado? El beneficio final se reduce al mínimo y la demanda cae en picado.
Así que, cuando le preguntan si volvería a ser autónomo, la respuesta es tan rápida como categórica: “No compensa. Es triste decirlo, pero la realidad es esa”. Una confesión que, visto lo visto, no sorprende a nadie que haya intentado levantar un negocio propio en España últimamente.