Los países con las pensiones más altas y más bajas de Europa: en qué posición se encuentra España

La pensiones de jubilación representan en la mayoría de los casos el único sustento económico y principal fuente de ingresos después de acabar su vida laboral. Según los últimos datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, la pensión media de jubilación se situó en los 1.505,9 euros mensuales, una cuantía que reciben los cerca de 6,5 millones de jubilados que hay en España. Ahora, ¿Es así en el resto de países europeos? ¿Cobramos una pensión alta o baja? La respuesta es depende, ya que según el mapa, conforme vayamos más hacia el norte las pensiones serán más altas.

A lo largo del tiempo, la percepción y la confianza en el sistema público de pensiones ha ido deteriorándose, aunque no solo en España, sino en el conjunto de países que forman la Unión Europea. Tanto es así, que según los informes más recientes de Eurostat y la OCDE explican que se trata de un reto común en Europa y que no entiende de fronteras. Según los datos publicados por estos organismos, la pensión media dentro de la UE se situó en torno a los 16.128 euros anuales en 2022, lo que equivale aproximadamente a 1.344 euros al mes, si lo repartimos a 12 pagas (tener en cuenta, que algunos países europeos no cuentan con pagas extras).

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De esta forma, España logra mantenerse ligeramente por encima de la media europea, un dato positivo si se tiene en cuenta que en algunos países los jubilados perciben apenas 1.648 euros al año, mientras que en otros, las cuantías superan los 3.000 euros mensuales. Esta diferencia refleja la gran disparidad existente entre los sistemas de pensiones europeos.

Los países con las pensiones más altas y bajas de Europa

Entre los países europeos con las pensiones de jubilación más elevadas se encuentran Islandia, Luxemburgo y Noruega. En Islandia, los jubilados reciben una pensión media de 3.000 euros al mes, seguida de Luxemburgo, donde la cuantía asciende a 2.650 euros mensuales, y Noruega, con 2.575 euros al mes. Otros países con pensiones destacadas son Dinamarca (2.516 euros/mes) y Suiza (2.250 euros/mes). Austria, Países Bajos, Bélgica y Suecia también superan los 1.800 euros mensuales.

Por el contrario, las pensiones más bajas de Europa se registran en Albania, donde los jubilados perciben apenas 133 euros al mes. Turquía y Bosnia y Herzegovina se sitúan también en la parte baja de la clasificación, con pensiones medias de 242 y 250 euros mensuales, respectivamente. Montenegro, Bulgaria y Serbia tampoco superan los 334 euros al mes.

En el caso de España, la pensión media anual de 18.100 euros equivale a aproximadamente 1.508 euros mensuales, situando al país ligeramente por encima del promedio de la Unión Europea, que es de 1.342 euros al mes.

Destinamos entre un 9 y 12% del PIB

En los países del sur de Europa, como Italia, Francia y España, el gasto público en pensiones supone entre el 9% y el 12% del Producto Interior Bruto (PIB). Ahora bien, hay que saber que a pesar de este esfuerzo económico, la pensión media que reciben los jubilados en estas naciones es inferior a 20.000 euros al año. Esta cifra mejora si se ajusta a la paridad de poder adquisitivo, pero sigue estando por debajo de la de otros países del norte.

De hecho, el envejecimiento de la población y el lento crecimiento económico han puesto a prueba (y lo siguen haciendo) la sostenibilidad de los sistemas públicos de pensiones en el sur de Europa. Por esta razón, la Unión Europea recomienda retrasar la edad de jubilación y vincular las pensiones a la evolución de los precios, en lugar de los salarios, como medidas para fortalecer el sistema y reducir desigualdades. Es decir, como las últimas reformas de las pensiones llevada a cabo por el gobierno, por un lado revalorizar las pensiones con el IPC (Real Decreto-ley 2/2023) y elevar la edad de jubilación (Ley 27/2011).

En el caso de los países de Europa del Este, como Polonia y Hungría, el porcentaje del PIB dedicado a pensiones es parecido al de los países nórdicos, aunque, las cuantías que reciben los jubilados son mucho más bajas, por debajo de los 7.000 euros al año. Esto se debe a economías menos productivas y a la emigración, que ha reducido la población activa y, por tanto, las cotizaciones al sistema.

Al ajustar las cifras a la paridad de poder adquisitivo, la brecha se reduce (por ejemplo, la pensión en Polonia sube a 11.700 euros), pero en términos reales los ingresos siguen siendo modestos. Mejorar los salarios, favorecer la continuidad laboral en edades avanzadas y diversificar las fuentes de financiación ayudaría a que las pensiones fueran más adecuadas sin poner en riesgo el equilibrio de las cuentas públicas.