La Justicia concede la incapacidad permanente absoluta a un funcionario sin baja médica que no podía estar de pie

La Justicia de Catalunya concede a un funcionario de prisiones de Lleida la pensión de incapacidad después de ser dado de alta por el Seguro pero con una gran dolencia cervical.

Tribunal Superior de Justicia
Así consiguió un funcionario de prisiones la incapacidad permanente absoluta tras quedarse sin poder andar EP
Isabel Gómez

Son muchos los trabajadores que desconocen que a pesar de que el seguro médico los de alta tras un periodo de baja laboral, existe una ayuda de la Seguridad Social para ellos cuando todavía no se recuperaron 100% de la dolencia y cumplen unas exigencias mínimas: la pensión de incapacidad permanente. Sin embargo, llegar a ella no siempre es fácil, como le ha ocurrido a un funcionario de prisiones al que el seguro le dio de alta a pesar de no poder “casi ni andar”. La Justicia ha tenido que intervenir.

Así le ha ocurrido a un funcionario de prisiones que ha tenido que ocurrir al Tribunal Superior de Justicia de Catalunya para que por fin una sentencia le concediera la incapacidad en su puesto de funcionario de prisiones de la cárcel de Brians-1. El trabajador presentaba una dolencia cervical grave donde los vértigos le imposibilitaban quedarse de pie.

Su movilidad estaba tan reducida que únicamente podía desplazarse con bastón y la asistencia de una tercera persona, por lo que apenas podía andar. Hay que tener en cuenta que dentro de los tipos de incapacidad permanente está la modalidad absoluta, que deriva en un complemento de Gran Invalidez cuando la persona necesita de ayuda externa para cosas básicas de la vida cotidiana.

Cómo fue la batalla legal hasta que el funcionario de prisiones consiguió la incapacidad permanente

Desde el bufete de abogados que llevaba el caso especifican que el trabajador de prisiones ya gano el caso en primera instancia. En 2015, cuando tenía 46 años, presentó unas patologías por las que obtuvo una baja laboral de medio año, pero la situación se le complicó e inició los trámites para conseguir la incapacidad absoluta. El informe médico reflejaba cómo sufría una “espondilodiscartrosis cervicodosal” y una depresión derivada del mismo. 

En septiembre de 2021, la Seguridad Social se la denegó justificándose en que podía realizar su trabajo sentado y podían hacer tareas de administración de la prisión. Durante el primer día de vuelta al trabajo se comprobó que esto era imposible con necesidad de la ayuda de un compañero “hasta para ir al baño”.

¿Cómo consiguió la pensión? En octubre de 2022 presentó una demanda en el Juzgado de lo Social n.º 1 de Lleida, donde el juez falló a favor del trabajador otorgándole la incapacidad absoluta. Algo que supone cobrar el 100% de la base reguladora que le corresponda.

Al tiempo después, intenta cobrar ese complemento de Gran Invalidez, por lo que el caso llegó al TSJC, quien ratificó la discapacidad del trabajador a la espera de comenzar a cobrarlo.

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