Declarar la vivienda en alquiler a la Agencia Tributaria en la declaración de la Renta suele ser foco habitual de conflicto entre el casero y el inquilino. Puede darse el caso de que un propietario reclame la renta del alquiler al arrendatario en efectivo sin que se haya procedido antes a la firma del contrato, un supuesto obligatorio desde antes de la entrada en vigor de la nueva Ley de Vivienda.
De esta manera, este contribuyente se ve imposibilitado para declarar ese alquiler y, así, tener derecho a posibles bonificaciones o beneficios fiscales. Tampoco podría, si se diera el caso, empadronarse en esa localidad, para lo que necesita justificación de que se encuentra vivienda allí por medio del contrato. Denunciar ante Hacienda es el primer paso. Aunque la principal recomendación es llegar a un acuerdo antes de la firma del contrato.
Esto es lo más habitual, pero no siempre ocurre. Puede concurrir la hipotética situación de que el inquilino desee declarar el bien inmueble como la primera vivienda, pero no así el casero. Un caso en el que este tendría problemas con el Fisco, que ha aumentado su red de vigilancia sobre la correcta y adecuada fiscalidad de la vivienda, donde se producen gran parte de los fraudes tributarios.
Hacienda persigue los alquileres
Consciente de que el mercado del alquiler es un refugio para las irregularidades fiscales, la Agencia Tributaria ha extremado este 2023 la precaución sobre los datos relativos a los alquileres, comprobando datos como las facturas eléctricas o de agua, con tal de comprobar que ese piso se corresponde con la situación declarada. Es difícil que el alquiler no deje algún rastro.
Incluso puede llegar a darse la posibilidad de que el Fisco acuda al padrón. Todo por llegar al fondo de cualquier indicio de fraude tributario en el que, además, el inquilino no obtiene beneficio alguno de dicha ‘jugada’. En conclusión, primero solicitar la declaración del alquiler. Posteriormente, si el caso no accede, negociar. Y, como solución final, y última, la denuncia.
Qué se necesita para declarar una vivienda de alquiler
Aunque no es del todo aconsejable, ya que inmiscuirse en un proceso judicial lleva aparejado una serie de costes y tiempo de dilación, por lo que se recomienda encarecidamente evitar este extremo. Pero, de llegar a ello, el inquilino puede solicitar al propietario los datos de la vivienda para incluirlos en la declaración.
La copia del resguardo de la fianza es uno de los elementos que entran aquí en juego. De negarse a darla el propietario y si tampoco posee tal documento la institución correspondiente, daría lugar al comienzo de una inspección al arrendador que podría desembocar en una sanción para él. Al resultar deber del arrendador depositar la fianza, el inquilino puede reclamar los daños y perjuicios provocados por la merma de derechos fiscales.
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