El Índice de Precios al Consumo (IPC) afronta su mayor subida de las últimas tres décadas. Un aumento sin precedentes recientes después del crecimiento del 2% en septiembre anunciado este pasado jueves por el Instituto Nacional de Estadística en tan solo un mes, lo que lo ha disparado hasta el 5,5%. El INE publicará los datos definitivos el próximo 12 de noviembre.
Es el dato más elevado desde septiembre de 1992 y la décima subida anual que enlaza de forma consecutiva. Un fenómeno similar y paralelo de la mano de las sucesivas roturas de récords del precio a pagar por la factura de la luz durante el último año, que del mes de octubre de 2020 al de 2021 se ha quintuplicado: ahora se paga en los hogares casi 100 euros por los 36,58 del pasado año.
También han inflado la burbuja del IPC el aumento del precio de los carburantes, lubricantes o los desmesurados precios de la energía en los mercados, con el gas como principal exponente. Mensualmente, por tanto, son tres los que lleva creciendo el IPC, que en julio marcaba 1,2 puntos porcentuales menos.
Por su parte, la inflación subyacente del IPC, sin contar elementos que varían mucho como alimentos o energía, subió del 1% al 1,4%, seis puntos por debajo de la subida general del IPC. Un problema generalizado en la eurozona y que también sufren otros países como Alemania (4,1% de subida) o Francia (2,2%).
¿Cómo afecta a las pensiones y los salarios?
El encarecimiento de los precios por los motivos expuestos anteriormente pone en jaque tanto la capacidad adquisitiva de los españoles como el valor de sus ahorros relativa a la hucha de las pensiones. Como se ha dicho, a pesar de descontar elementos volátiles, la subida de los precios se dispara ya hasta el 5,5%, lo que alumbra la influencia en ello de la factura de la luz.
1.470 millones de euros en pensiones por cada décima de subida del IPC
Uno de los principales perjudicados será el Estado y sus arcas. Este aumento del IPC costará 1.470 millones de euros por cada décima de subida por la revalorización de las pensiones. Recordamos que su cálculo va de la mano del IPC, para tratar de equilibrar el poder adquisitivo, pero no se hace con ese 5,5% sino con la media del último año, en noviembre.
Es decir, según fuentes gubernamentales, de seguir este camino, la subida se concretaría en 2,5 puntos, por lo que la inversión del Gobierno para actualizar las pensiones en 2022 subiría a 3.675 millones de euros. Pero podría ser aún mayor por la ‘paguilla’, después de que este 2021 ya se haya incrementado la nómina un 0,9%. 2.350 millones de euros más que ascenderían la suma a 6.000 millones de euros.
Salarios: pérdida de cuatro puntos de capacidad adquisitiva
La subida de los precios, consecuentemente, mina el poder adquisitivo de los españoles. La subida salarial del 1,46% pactada a finales de septiembre, por tanto, se queda más que corta ante el desmesurado ritmo reciente de la inflación para los más de 6,17 millones de trabajadores afectados por este hecho que pierden así más de cuatro puntos de capacidad adquisitiva.
Solo el 17% de los convenios laborales protegen a sus trabajadores de la inflación para blindar su poder de compra. Mismo panorama para los funcionarios, para los que la subida del 2% pactada con independencia de la que sufra el IPC también resultará insuficiente.
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