La Ley de Vivienda recientemente aprobada incrementa más que ataja la incertidumbre general acerca de problemas capitales para el mercado inmobiliario, como los lentos y costosos procesos de desokupación o la espiral inflacionaria de precios. Ante la incertidumbre de sentirse desprotegidos, buscan saber cuáles son los requisitos del inquilino ideal. Novedades como que el propietario deba asumir los gastos de agencia o el aumento de la morosidad provocan que los pequeños propietarios, que poseen el 90% del parque inmobiliario, endurezcan las condiciones para ser el inquilino ideal.
Aportar el contrato laboral, una mayor cuantía en concepto de fianza o avales, se ha convertido en un hecho habitual del casting, según notifican las agencias en los últimos meses, que alertan de un perfil ideal eminentemente dominado por los ingresos que dificulta aún más el acceso al mercado, con un nivel de ahorros limado por la pandemia. Se busca reducir la potencial morosidad y obtener las máximas garantías.
La solvencia, el principal requisito
Obtener una buena solvencia es algo difícil por el contexto, influenciado por los altos tipos de interés que afectan a la financiación y la propia inflación. Si se ubica pedir al inquilino un 30% de solvencia—como máximo, se recomienda un 40%—, teniendo en cuenta que el precio medio del alquiler nacional es de 11,65 euros el metro cuadrado, un alquiler de unos 800 euros sería el que teóricamente indica para salarios de entre 2.000 y 2.500 euros.
Y el Banco de España ya alerta que la teoría no se está correspondiendo con la práctica: cuatro de cada diez hogares superan ese porcentaje del 40%. Y cada vez son más. Teniendo en cuenta esta premisa, la solvencia, por tanto, se muestra como algo cada vez menos frecuente de encontrar, y, al fin y al cabo, lo que acaba marcando la diferencia en los procesos de selección. Todo ello si no se tienen en cuenta recomendaciones incluso más estrictas, que recomiendan que el alquiler multiplique por cinco el alquiler.
La concurrencia de la excesiva demanda respecto a la limitada oferta provoca que la pelota se encuentre en el tejado de los propietarios, que solicitan las últimas dos o tres nóminas, junto a contrato de trabajo, la vida laboral, un extracto de la cuenta del banco o que se garantice estar fuera de listas de morosos. Los funcionarios suelen representar el candidato ideal, con ingresos fijos y sin impagos en las nóminas. Aunque solicitar meses adicionales de fianza es, asimismo, una práctica común hasta ahora (la fianza no puede superar los dos meses).
El perfil de inquilino ideal
“El ideal son parejas, con contratos indefinidos de más de uno o dos años y sin hijos. Que paguen en plazo y forma, cuiden el piso y no den problemas a la comunidad”, declara Jesús Pérez, director comercial de Finaer, a El País. Aunque existen alternativas para aquellos alejados en un principio de este perfil ideal: “Avalamos al inquilino para dar seguridad al propietario”, explica Pérez. Así, previo pago, puede aportar una garantía a sus ingresos si son bajos y mejorar su perfil. “Como un seguro de impago”, plantea.
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