“Sin salud, no hay trabajo”: la cruda realidad de reincorporarse tras superar un cáncer de mama

En el Día Mundial contra el Cáncer de Mama, una mujer que fue diagnosticada comparte la dura realidad de volver a su puesto de trabajo, tras haber recibido el alta médica.

Damiana Matarín, tras la entrevista con NoticiasTrabajo NoticiasTrabajo
Icíar Carballo

36.395 nuevos casos de cáncer de mama se estima que se diagnostiquen este año en España, una cifra que lo sitúa como el cáncer más común y el que mayor número de muertes causa en la población femenina en nuestro país, según los últimos datos recogidos por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC).

Con motivo del Día Mundial contra el Cáncer de Mama, que se conmemora cada 19 de octubre, NoticiasTrabajo ha hablado con Damiana Matarín, que fue diagnosticada de esta enfermedad en diciembre de 2019 y ha compartido cómo los efectos del cáncer han impactado en su vida laboral.

Según el último estudio de la AECC Observatorio, el 65% de las mujeres supervivientes de cáncer de mama ha experimentado algún impedimento para realizar el trabajo, y el 45% no ha hecho un retorno progresivo al trabajo, a pesar de que a la mayoría les hubiera gustado hacerlo. Además, 1 de cada 4 mujeres se han visto obligadas a dejar de trabajar, como consecuencia del cáncer.

El cáncer de mama, una realidad que afecta al mercado laboral

No es un caso aislado. La historia de Damiana en su trabajo, después de que le diagnosticaran un cáncer de mama, le ha enseñado, entre otras cosas, a darse cuenta del desconocimiento generalizado que hay con respecto a esta enfermedad.

Damiana es almeriense y actualmente trabaja a jornada completa en un comercio de droguería de la ciudad, donde estuvo trabajando hasta el último día antes de someterse a la operación por el cáncer de mama, en febrero de 2020. Estuvo cuatro meses de baja médica por radioterapia. Sin embargo, la petición e insistencia de su encargada y sus ganas de salir de casa y reincorporarse a su puesto de trabajo para autoconvencerse de que seguiría su vida con normalidad, le impulsaron a pedir el alta voluntaria

“Mi encargada me dijo que era necesario que me incorporara porque mis compañeras se iban de vacaciones”, cuenta. “Además, me aseguró que no iba a coger peso, pero cuando me incorporé, nada de lo que me dijo fue así”, añade. De esta manera, Damiana volvió a su puesto de trabajo en el mes de julio, y reconoce que “los primeros meses fueron bastante insoportables debido a los efectos secundarios de la radioterapia y el tratamiento hormonal, que me provocaban cansancio y fatiga. Yo no podía andar a una velocidad normal”.

Consciente de la situación que Damiana atravesaba, cuenta que la coordinadora de tiendas le hizo una “encerrona”, donde le exigió que estuviera a la altura de sus compañeras. “Si estás trabajando, tienes que cumplir, me dijo. Y eso me hundió, porque yo veía que no podía”, lamenta. “La autoestima se me fue por los suelos. Emocionalmente estaba muy mal, y físicamente ya lo estaba”. 

Impacto psicológico 

Tras esta inesperada situación, Damiana empezó a decaer. Sufrió varias crisis de vértigo, que le obligó a coger la segunda baja médica, en la que estuvo casi un año. Esto, además, le sumió en una profunda depresión. Pasado este tiempo, la Inspección Médica le dio el alta, por lo que volvió a reincorporarse a su puesto de trabajo durante poco más de un año, hasta que le detectaron un cáncer de útero. Esto le obligó, en 2023, a coger otra baja de seis meses, que empalmó con otra por depresión. “Actualmente sigo con tratamiento psiquiátrico”.

A pesar de ello, cuenta que la Inspección Médica le dio de alta en septiembre, sin previa evaluación, y a través de un mensaje telefónico. Por ello, desde ese momento, Damiana está trabajando, aunque tras ser valorada por los responsables de prevención y riesgos laborales de su empresa, lo hace “con limitaciones de fuerza”, ya que no puede levantar el brazo izquierdo -el de la operación- hasta el hombro. “No puedo descargar los camiones ni colocar los vinilos en los escaparates”, cuenta.

“Nadie te avisa de que tu cuerpo va a cambiar”

Tras su experiencia, Damiana pide encarecidamente que los médicos informen a las pacientes sobre los posibles efectos secundarios que pueden tener los tratamientos y la operación de un cáncer de mama, “para que las empresas puedan conocer que, aunque te incorpores a tu puesto de trabajo, todavía quedan secuelas”. 

Asegura que “nadie te avisa de que tu cuerpo va a cambiar, de que se te van a hinchar las piernas, de que ya no eres la misma”. Cuenta que un gesto tan simple, como agacharse y levantarse, para ella suponía un esfuerzo “sobrenatural”, y lamenta que es algo que “los empresarios tampoco saben”. 

Y aunque Damiana ya ha superado el cáncer y trabaja diariamente en recuperarse de todas las secuelas que la enfermedad le ha dejado, pide más comunicación entre empresa y empleada para blindar los derechos y ampliar la protección laboral de las personas con cáncer. “Porque lo primero es la salud. Sin salud, no hay trabajo”

La necesidad de avanzar en la protección de los trabajadores con enfermedad oncológica

El pasado 15 de octubre, la ministra de Inclusión, Elma Saiz, se reunió con la Asociación Española Contra el Cáncer para recabar sus observaciones sobre la incorporación gradual al puesto de trabajo, en las que se veía una clara necesidad de abordar cambios en la Incapacidad Temporal (IT) para los pacientes con cáncer. 

En esta línea, se ha estudiado la posibilidad de una reincorporación gradual al trabajo para aquellas personas que hayan superado un proceso de recuperación largo y complejo, aunque deberá ser analizado en la mesa de diálogo social.

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