El Estatuto del Becario tardará más de lo previsto en entrar en vigor. Buena culpa de ello está recayendo en las dificultades para llegar a un principio de acuerdo entre el Gobierno de España y los principales actores sociales inmiscuidos en la negociación (sindicatos y CEOE), que han visto como la reunión llevada a cabo este lunes ha acabado suponiendo una evidencia más de ello, al sumar otro capítulo de desencuentros más en la elaboración codo a codo de las claves que vertebrarán una normativa histórica por ser pionera en España y Europa.
La idea era que hoy supusiera un punto de inflexión en la hoja de ruta de la legislación que busca valorar, proteger y otorgar más derechos a la figura del trabajador en prácticas, dándole un “impulso potente y definitivo”, tal y como puntualizaron desde el Ministerio de Trabajo que dirige Yolanda Díaz.
Este organismo es el que está a las riendas de unas negociaciones que se asumían con pesimismo por parte de las representaciones sindicales y empresariales. Sin embargo, el acuerdo sigue sin fraguarse. Y a pesar de que en verano se estuvo a punto de aprobar sin la patronal, quiere hacerse con el consenso total.
Así, tras cuatro horas, la etapa de hoy ha supuesto pocos o casi ningún avance con prácticamente el emplazamiento a otra fecha próxima para retomar la mesa de diálogo. Los sindicatos, UGT y CCOO han otorgado su visto bueno, pero la patronal continúa en sus trece, mostrándose “radicalmente en contra” del actual modelo propuesto. El borrador actual que ha presentado Trabajo es el mismo que el de octubre, y apenas se ha variado, afirman desde la CEOE, que continúa diciendo ‘no’.
Estatuto del Becario: el finde las prácticas extracurriculares y la definición de becario, los conflictos
La meta es “intentar que el Estatuto del Becario cuente con el mayor respaldo posible”, aseguró el secretario de Estado de Empleo y Economía Social, Joaquín Pérez Rey, por lo que el Ejecutivo tratará de que la patronal de empresarios “de su respaldo a la norma que regulará los periodos de enseñanza”. Para ello tendrá que solucionar las dos principales piedras en el camino al consenso: el fin de las prácticas extracurriculares y la definición legal de becario, que quiere precisar el Gobierno. La CEOE puso reparos al respecto, al considerar que quien no fuera becario se le consideraría asalariado.
Dentro de esa regulación específica para el becario que pretende delimitar “perfectamente la línea entre acción formativa y trabajo productivo con un ámbito de aplicación muy definido”, como definió UGT, para acabar con la figura del falso becario que acaba cumpliendo funciones de un trabajador normal y las becas irregulares como fórmula de acceso al trabajo, destacan otros puntos, además.
Uno de los principales, y que desveló ‘Cadena SER’, era el de que los estudiantes no podrán superar el 20% del total de la plantilla donde realicen las prácticas, aunque “cualquier empresa podrá concertar formación práctica con dos personas, con independencia del número de personas de plantilla”, puntualiza el borrador.
También destaca el de que se eliminarían las prácticas extracurriculares de aquí a 2025, que debería pasar a cargo de los actuales contratos de formación regulados por el artículo 11 del Estatuto de los Trabajadores que sí deben, a diferencia de los becarios, estar remunerados. Este es uno de los puntos de fricción. La patronal espera otra propuesta de regulación de esta modalidad, ya que, de acabar pasando a gestionada por el Estatuto de los Trabajadores, deberían ser pagadas. Sin embargo, el Ministerio de Trabajo cree que este tipo de prácticas, que no van de la mano de la formación del alumno ni cuentan para su titulación, se usan para usar a los becarios como trabajadores normales.
Acuerdo en la cotización de los becarios
En lo que sí parece haber convencido a empresarios y sindicatos es en el pago de las cotizaciones sociales. El Estado asumirá el 95%, corriendo las empresas con el otro 5%. Además, ha abierto la puerta a que “la empresa no estará obligada a abonar dichos gastos si existen otras becas o ayudas que los cubran”. También cubrirá parte de las cuotas sociales de los trabajadores encargados de tutorizar a los becarios.
Por su parte, el pago de un salario sí seguirá siendo algo voluntario por parte de las empresas. Sí que tendrán derecho los becarios, como recoge el texto, a una compensación de los gastos en otros conceptos como alimentación, desplazamiento y alojamiento de otras formas como la formación complementaria de carácter remunerado o la puesta a disposición de servicios especiales.
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